— Llegamos – sonreí, y ella me devolvió la sonrisa, pero luego bajo del auto sin decir una palabra, rápido me baje tras de ella y antes que comenzara a sacar las bolsas de las compras tome su mano y la hale para que me siguiera. — Espera ¿Y las cosas? – se sorprendió — Vaya, ya temía que hubieses olvidado como hablar en el camino – dije sin detenerme. — Muy gracioso, ¿Dónde vamos? – forcejeo un poco, pero lo dejo al rato. — Quiero mostrarte algo. — Y para eso tienes que tirarme – su molestia me hizo, detenerme por un momento, tome su mano con firmeza y volví a caminar - ¿Qué te pasa? – rio, pero esta vez me siguió, llegamos a las cabellerizas. — Don Ethan– un joven sorprendido por mi visita, se acercó rápidamente – se&nti
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