Lucrecia le cerró la puerta en la cara, no quería escucharlo. Ella había escuchado una llamada telefónica y notó la voz de su padre, ella podía reconocer cuando un hombre hablaba con alguna persona que le gustaba.Quizás para ella sea un misterio por mucho tiempo, pero seguramente se sorprendería al darse cuenta.La rubia tomó un bolso grande y comenzó a meter toda la ropa que veía a su paso, al menos se quería ir por unos buenos días a la casa de su amiga, ya no soportaba que su padre intente meterse en su vida. Quizás Agustin no era un amigo prodigio, pero la quería y la cuidaba y nadie podía obligarla a dejar de verlo. Antes de salir miró por la ventana, notando como su padre estaba saliendo con ropa deportiva, él se iba a correr por el pueblo, como siempre lo hacía y esa era una buena oportunidad para largarse sin reproches.Tampoco es como si la casa de Tatiana quedara tan lejos, simplemente unos diez minutos en auto. Ella llegó, abriendo la puerta sin siquiera tocar, esa una cos
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