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Isabela
IsabelaSergio no conoce despacio para nada, después de la primera o segunda vez creo que esa nostalgia desapareció de mí. Sergio se despertó y caminó hacia la piscina de nuestra habitación, se sentó en la orilla y bebió una botella de agua. —¿Quiere ir a correr?—preguntó. —Llevo una hora nadando. Sergio se metió en el agua y se acercó a mí, me dio un beso y le pregunté si quería ir de viaje conmigo en lugar de regresar a trabajar. Sergio rio y me comentó algunos de sus proyectos para el año, así como sus planes para sus próximas vacaciones. —¿Estoy invitada?—pregunté. —Lo estás, definitivo, sobre todo si llevas de estos vestidos de baño sexis —replicó y me soltó la parte de arriba del vestido de ba&nti
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Sergio
Sergio Los siguientes días fueron difíciles para mí, primero porque todos los médicos con los que hablé; infectólogos, internistas, neurólogos y ginecólogos confirmaron que no había nada que hacer por Arabela más que desconectarla y mantenerla con alimento y antibióticos y dejar que ella se recuperara o falleciera. Su familia quería lo último, porque una fácil dejarla ir, pero, la realidad es que es una persona joven que no disfrutó del “futuro por delante” solo porque se embarazó de un idiota.  Para ellos era una lucha de todos los días, a veces un movimiento de mano, otras veces una mejora en exámenes o signos vitales y al final del día no había progreso, Arabela parecía haberse ido y en mi caso, Isabela también.  Sé que está bien porque  Bash me lo ha dicho, pero, n
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Isabela
IsabelaYo amo a mis hermanos así que cuando tengo un problema y quiero aplicar un poco de negación, tomo mis maletas, las suyas y compro un vuelo al lugar más divertido del planeta y hacemos loco. Lo que pasa es que Bash tiene un marinovio y Santiago está pasando por la adolescencia así que a mitad de mi viaje los dos me cancelaron. ¿Qué tienen de malo Miami? ¿Por qué no es suficiente para retener a los hermanos Burwish?Gracias a Dios mis papás tuvieron bebés y después de las 12:00 medio día, después de que el timbre suena, ellos corren lejos de las garras de la maestra y son míos. —Isabela.—Isabelita —sonreí enormemente y me incliné para que me llenaran de besos y arrumacos. Tucker logra casi treparme y Sawyer hace lo mismo desde mi espalda, finalmente los tres caemos al suelo. —Hola…
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Sergio
Sergio Un año y medio más tardeDicen que la preparación es clave. Mi papá tenía razón tal vez a los veinte no se está suficientemente listo o consciente para ser presidente de nada, pero, en este tiempo he sido un empresario, inversor financiero, mejor amigo, militar y hermano mayor inigualable. Apenas bajo del avión veo a mi familia junto a las otras, Olimpia tiene globos y mis hermanos sostienen un cartel, los chicos de mi cuadrilla señalan a la Olimpia la cual no deja de gritar mi nombre. —¿Tu hermana? —repite uno de ellos incrédulos. —Sí, la hija de mi mamá y mi papá.—Esa mujer te ama Sergio y tú diciendo que no te esperaba nadie. —Seguro también le calienta la cama. —Olimpia es eso y más. —Les di un abrazo y les deseé el mejor de los &e
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Sergio
Tomé asiento con ellos y Cristina me preguntó con cierta aflicción como estaba yendo mi trabajo, reconocí que no es tan agrade bale como un trabajo de oficina, pero, tiene sus momentos satisfactorios.—¿Qué pasaría si te disparan? —Soy donador de órganos y tengo una orden de desconectar a los 31 días tras el accidente—respondí con tranquilidad. —Ahh—respondió irónico el papá de mi esposa. — ¿Y cuántos lleva mi hija ahí? Sergio han sido tres años. Nosotros no avanzamos porque está su cumpleaños y el día de su boda y algún cambio que nos hacía ilusión. Queremos pedirte que nos des el control sobre la salud de nuestra hija, si no vamos a tener que hacerlo por lo legal. —Creo que es imposible, estamos casados te guste o no y ustedes pueden que est&ea
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Isabela
Las vacaciones son las más esperadas por ka gente a la que no le motiva vivir estresado como yo. A mí me alimenta el estrés, a mí me hace feliz estar estresada, cansada, adolorida de tanto trabajar y no sé  bien si es un efecto de estrés postraumático o ser criada por la persona más trabajadora que conozco, pero, no me siento tan feliz, más cuando recuerdo que Sergio Caine está en Mainvillage. Mi papá entra al jet y me mira, sonríe y se acerca a mi asiento antes de preguntar: —¿Gustas bajarte?—Estoy pensando. —Esperan el avión en una de mis compañías. No puedes… Quedarte aquí Isabela y tus hermanos están abajo esperando para sorprenderte.Me incliné y le di un beso. Mi papá me abrazó y me desabrochó antes de cargarme hacia el exterior, mis hermanos
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Sergio
SergioPara que pedir el tarro si hay un balde del helado, el sabor más aburrido del planeta si no te gusta combinarlo adecuadamente e Isabela es una mujer de casi treinta años que le gusta la vainilla sola. ¿Qué piensa de la vida? Helado de Vainilla, está rico con papas fritas y a la señorita no le gusta, helado de vainilla con polvo de galleta oreo, mi mayor deseo en la vida y no le gustó, pruebo con unos higos y ella se ríe.  —Eres muy necio.  —Lo que quiero es que busques diversión en la vida.  —Me gustan otros sabores, solo que me preguntaste cuál es mi favorito, ¡intenso!  —Bien, pero, ¿quieres comer papas fritas?   —Sergio, quiero explicarte que esas son un millón de papas, o sea, nadie nunca ha comido tantas papas. Isabela puso mujer bonita en el televisor, quien sea el que
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Isabela
Isabela.Conduje durante veinte minutos antes de regresar por Sergio, el cual estaba caminando cuando lo encontré, ya llevaba casi dos kilómetros. Aparqué y bajé del auto. Sergio me abrazó y reconoció que era un error quedarse, pero, también lo era dejarla ir por razones egoístas. Todos le habían explicado que no había un daño irreparable, pero tendrá dificultades para hablar o moverse al despertar. Su cuerpo había sufrido mucho a causa de la embolia y los años en coma no le hacían nada bueno a sus capacidades motoras. Sergio lloró como un niño pequeño. Le abracé con fuerza mientras lo hacía porque viví por años con una persona que actuaba como si no impórtate mi esfuerzo, simplemente hacía lo que quería, sin importar las consecuencias o el dolor queme causaba a mí y a mi familia. Regresamos al auto y Sergio se quedó dormido rápidamente. Los siguientes cincuenta minutos de viaje fueron muy fluidos, me encontré con una maravillosa vista del mar y el ciel
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Sergio
Isabela y yo podemos renegar todo lo que queramos de tener hermanos pequeños, pero, son lo más divertido. Hoy después de recibir besos y abrazos con dobles intenciones por parte de mis primos, finalmente pudimos  ir a practicar surf de remo con los chicos y verlos caerse tiene su magia, pero, verlos intentar con toda esa determinación tiene mucho más gusto. Vi a Franco con su hija entre los brazos, preocupada por el golpe que se había llevado contra el agua. Como si fuese el primer bebé en caer dentro de agua. Samuel me rodeó los hombros con su brazo y me dijo: —Quiero ser papá. —¿Priscila lo sabe?—Voy a cambiarle las pastillas por vitaminas y follármela, como los hombres de antes —Los dos reímos. —Sí, lo sabe y no es el momento, o algo… no está lista. —Nunca he escuchado a Pri decir que quiere ser mamá. —Yo tampoco, pero, la veo con mis hermanas o sobrinas. Mira, como tú mirando a Franco. ¿Te digo lo que mi papá diría? —preguntó
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Sergio
Siempre estoy emocionado porque se metan en mi vida de mil quinientas maneras diferentes, sin embargo, Isabela es un tema que no quiero hablar con nadie, por un lado, entiendo lo que ella dice no puedo hacerla feliz cuando ni siquiera he podido avanzar en mi vida amorosa y no quiero dejarla ir cuando estoy todo el tiempo pensando en ella, en que sea mía nuevamente. En un futuro que no se si quiere, la deseo y la amo. Ese es el problema, que sé con claridad que con Isa no es un fin de semana o unas vacaciones, es para toda la vida, pero, en el momento en el que vaya por ella tengo que dejar ir a Arabela y no sé cómo, no soy quién para quitarle la vida. Cuando tocamos tierra de vuelta. Isabela está caminando sin zapatos, en un vestido azul que realza sus ojos y con una sonrisa tonta en la cara mientras se despide de Grant. Pablo me golpea la espalda y me dice:—Ya en la tercera cita le pide matrimonio, te lo juro. Todos se van al interior de la c
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