Siempre estoy emocionado porque se metan en mi vida de mil quinientas maneras diferentes, sin embargo, Isabela es un tema que no quiero hablar con nadie, por un lado, entiendo lo que ella dice no puedo hacerla feliz cuando ni siquiera he podido avanzar en mi vida amorosa y no quiero dejarla ir cuando estoy todo el tiempo pensando en ella, en que sea mía nuevamente. En un futuro que no se si quiere, la deseo y la amo. Ese es el problema, que sé con claridad que con Isa no es un fin de semana o unas vacaciones, es para toda la vida, pero, en el momento en el que vaya por ella tengo que dejar ir a Arabela y no sé cómo, no soy quién para quitarle la vida. Cuando tocamos tierra de vuelta. Isabela está caminando sin zapatos, en un vestido azul que realza sus ojos y con una sonrisa tonta en la cara mientras se despide de Grant. Pablo me golpea la espalda y me dice:—Ya en la tercera cita le pide matrimonio, te lo juro. Todos se van al interior de la c
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