Sergio Patrick y yo nos reunimos con algunos de los miembros conflictivos de la comunidad que básicamente son cabecillas de la droga, pese a no tener dudas y al no tener todas las pruebas es imposible atraparles, pero, a ellos les importa su gente, son familia hasta la muerte, familia que va a la cárcel por ti.Yo estrecho unas cinco manos muy sospechosas y todas toman una fila junto con sus acompañantes. —Hay una ola de delincuencia que no está permitiendo a los niños y adolescentes elegir entre dos rumbos muy distintos. Muchos de ellos han perdido a papás y mamás y me parece solo justo dejarles ser niños. —Yo tengo hijos y son niños todo el tiempo —responde Vargas. —Sí, pero la cosa es que ha habido tres balaceras cerca de las escuelas y una dentro de la escuela. Quiero que los centros educativos sean santuarios, como la iglesia, aquí no sé trágica ni se mata gente, y ahí tampoco, lo que quieran hacer entre ustedes, en sus casas, con sus vidas geniales, mátense, quiero a los niñ
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