Sergio Isabela se ha estado esforzando por ser una buena esposa. En serio que sí, pero, cada que la veo cocinando o preparando cosas libres de azúcar, me preocupa, sin chiste u obsesión, quiero que mi esposa me ame y no solo me cuide. Le abrazo por la espalda y le acaricio el abdomen. —Estoy probando esta receta Sergio —Le doy un beso en el cuello y otro en el hombro. —Dios, depáranos un hijo para mentirle y burlarnos de él. —Sergio, ¿cuál es la crisis del día?—Somos aburridos. —Mi amor, hemos tenido como diez lunas de miel, o sea, hemos recorrido el mundo juntos, hemos follado, hemos practicado deportes de riesgo, nos hemos reído, estas pueden ser unas vacaciones calmadas, de gente adulta. —Isabela, estas son nuestras últimas vacaciones antes de las elecciones, es el inicio de nuestro matrimonio, quiero divertirme, quiero saber que te hice feliz y que vamos a tener un buen matrimonio. —Mi amor, el matrimonio no es la boda ni la playa o el sexo maravilloso en la ducha. Esto e
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