—Cuando todos guardaron silencio, Paola, los miró con mucha curiosidad, por más que lo intentaba, no podía recordar a nadie de los que estaban presentes. —Ho... Hola a todos. —Hola Pao, bienvenida de nuevo a casa, ¡Hay por Dios! No sabes lo tristes que estábamos al pensar que tú, bueno que tú, habías muerto en ese accidente. —Miriam, se olvidó de lo que Luis, le advirtió por teléfono y se lanzó a los brazos de Paola, y empezó a llorar. —Pao, no vuelvas a dejarnos por favor, no sabes cuánto te extrañé. —Paola, le devolvió el abrazo a Miriam, después limpió sus lágrimas, mientras le sonreía, no sabía que decir. —No llores por favor, no volveré a ir a ningún lado. —¡Hola Pao! Ya sabemos que no nos recuerdas, yo soy Vera, tu amiga desde hace mucho tiempo, y ella es Sandra, nosotras te conocimos cuando estábamos en el colegio, desde entonces nos volvimos las tres mosqueteras, y las mejores amigas, jeje, mira te presento a mi prima Maribel, acaba de llegar de Españ
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