Cómo en los viejos tiempos.

Los días transcurrieron tranquilamente parecía que todo había vuelto a la normalidad, Maribel, había desaparecido unos días de New York, había estado muy ocupada disfrutando de unas vacaciones, con uno de sus tantos amoríos y en cuanto volvió lo primero que hizo fue visitar asu prima.

—Ah! ¿Es usted? Señorita Maribel, pase y espere voy anunciarla con los señores. —Ni siquiera las empleadas soportaban a Maribel, pero eso a ella no le importaba, siempre fue así en todas partes, estaba más que acostumbrada, Maribel, creía que lo hacían porque le tenían envidia pero era porque era egoísta y prepotente.

—No gracias Eli, no tienes porque anunciarme, no soy una desconocida soy de la familia, además será una sorpresa para mí prima, con permiso, ah! Y tráeme un vodka. —Maribel, solo se rió de la mirada

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