¡Estoy en casa!, pienso al sentir los brazos de Jhyn apretarme contra su pecho.Gran susto por culpa de esos idiotas, debí partirle la nariz al menos a tres más de ellos, para que aprendan.— ¿Estás bien?—pregunta mi mamá tocándome los brazos y revisándome el rostro.Yo asiento, sabiendo que ninguna palabra podrá tranquilizar a mi madre. No por ahora, después del susto que le hice pasar.Los policías se aclaran la garganta y veo cómo uno de ellos saca una libreta de su bolsillo y el otro le entrega un lápiz.—Señorita, entendemos que quiere descansar, pero necesitamos hacerle unas preguntas de rutina. —índica el más alto.Jhyn no me deja salir de un abrazo apretado, mientras los policías me hablan.Bien, aquí vamos.Hora de mentir, Caddie.
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