Marían le pidió a Alberto que apagara el aire acondicionado y bajara los vidrios de las ventanas, quería sentir por última vez la brisa cargada con el olor del mar mientras se alejaban de la posada. Habían pasado cinco semanas maravillosas, en un ambiente agradable, le daba nostalgia retirarse, extrañaría esos hermosos acontecimientos que vivieron visitando las playas, los paseos en lancha y sobre todo agradecida de haber encontrado el amor. Pudo darse cuenta de los sentimientos hacia sus socio y que realmente fueron correspondidos ya que él le juraba que la iba a querer para siempre. Pero, estaba impaciente por volver a la casa de su madre, tomar las riendas de su negocio y expandirse para mejorarse económicamente. Contenta de tener a un hombre a su lado que siempre la iría a apoyar. -Alberto, te noto preocupado. ¿Estás bien? -Le preguntó a su esposo al sentirlo serio sin decir una palabra. Él Volteó a mirarla y le mostró una sonrisa -Estoy bien, solo analiz
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