Cuatro meses sin saber una noticia de ellos, habían desaparecido por completo, como si la tierra los hubiera tragado que, ojalá fuera el caso, pero no tendría tanta suerte. Estaban escondidos como ratas, esperando el momento indicado. Un momento que cada día se acercaba más.Lucciano buscó por todo el mundo, en aliados y contactos peligrosos por alguna pista de su paradero, pero nadie sabía nada. Así que, o estaban mintiendo, o eran excelentes para pasar desapercibidos. Una pesadilla que no terminaba más.Cada día que pasaba mi nivel de frustración se elevaba. Vivir encerrada por seguridad era una tortura. Pasaba mis días mirando series o películas repetidas, ya que Netflix tenía una cantidad limitada de ambas y yo mucho tiempo libre. A veces compraba algunas prendas para los mellizos, pero eso era todo. No había más nada por hacer hasta que llegaba mi esposo
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