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Todos los capítulos de Como sobrevivir a un divorcio : Capítulo 51 - Capítulo 60
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Asuntos desconcertantes
Antonella: Espero a que Giancarlo se retire para poder charlar con el señor Massimo Coppola, Me imagino que puede ser “No te acerques más a mi hijo, no lo busques o ni se te ocurra volver con él” es clásico aunque es demasiado exagerado e innecesario que venga hasta aquí, yo estoy bien con Giancarlo y no pienso volver con Giovanni. -¿Qué desea? Si es que me aleje de su hijo lo hare con gusto, ni quiero regresar con él así que siéntase aliviado. – Inicio. -Esta vez vengo por un asunto totalmente diferente. – Dice. -¿Asunto diferente? – Me sorprende. -Digamos que es algo que te alegrara. – Da vueltas.  Va dejar de fastidiar y mandara a su hijo lejos a un país remoto y no me busque. – Suena agradable la idea. Leer más
Feliz cumpleaños
Giancarlo: Antonella se quedó en el Facebook conectada casi hasta las dos de la mañana, supongo que estuvo charlando con alguien por que no hacia caso cuando le escribía. En la mañana la vi con una cara de sueño, tenía ojeras, eso le sucede por quedarse hasta tan tarde aunque ambos estamos iguales porque al verla doy un gran bostezo. -Giancarlo, buenos días.- Me saluda. -Tomate un café, te va ayudar.- Le aconseja. – Esther prepara por favor dos cafes. -Solo uno, recuerda que me cae mal… Prefiero uno de ese café de cebada, Esther por favor. – Le pide. -No debiste trasnochar. – La riño. -Tu tampoco además que hablaba con Clarisse ¿Tu que hacías?- Pregunto. -Bradley. – Doy una palabra como respuesta. 
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Decidiendo
Antonella: Las cosas entre Giancarlo y yo han vuelto a la normalidad, de nuevo dormimos juntos. Lo bueno es que esta semana salgo de vacaciones, son dos semanas libres. En las que pasare con mi madre mínimo una semana, Giancarlo también tiene que venir porque necesita hablar con unos clientes. Lo único que me preocupa es este fin de semana, Alexandra sale el sábado de la clínica. Giancarlo ha insistido en acompañarme, espero que no traiga problemas. Aunque Giovanni debe acostumbrarse a la idea de que estoy con él. —¿Lista para partir cariño? — Siento a Giancarlo rodeándome la cintura desde atrás. —Si. Recuerda que hoy me quedo con mi mamá y vienes en la mañana para que mi mamá te engría e irnos a la clínica por lo de Alexandra — Le cuento nuestros planes. —Qued
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Voto de confianza
Giovanni:   —Reinaldo — Digo a regañadientes.   —Carlos — Me sorprende que él también lo conozca, eso me da mala espina. Cualquiera que tenga relación con Reinaldo es por algo malo.   —Madicci. Que sorpresa encontrarte aquí — Interviene Reinaldo.   —¿Qué haces aquí? – Le pregunto.   —Vengo por mi hija, que otra razón tendría — Habla como si nada.   —Esa niña es mi hija — Le aclaro.   —Ni tú te crees esa mentira, así que hazte un favor y entrégame a la niña — Se muestra soberbio Reinaldo.   —Legalmente la niña es su hija y mientras él no dude de su paternidad o haga una prueba de ADN, no puedes hacer nada. Así que tú estás de más en la historia — Me sorprende la intervención de Giancarlo.   Reinaldo le muestra mala cara.   —Ya oíste Reinaldo así que lárgate — Le ordeno. Leer más
Sin decirle todo
Giancarlo:   Me pareció extraña la petición de él, pero me di cuenta de sus intenciones cuando me hizo señas que lo siguiera. Llegamos a su despacho, supongo que no desea interrupciones. Es raro sin embargo si busca pelea lo evitare en lo posible, aunque si no queda otra alternativa.   —Toma asiento. – Me pide.   —Estoy bien. – Lo veo serio.   —(Suspira) Disculpa si no te ofrezco nada. Como comprenderás estoy en un proceso rehabilitación y no hay una sola gota de alcohol en el lugar para evitar tentaciones. – Me cuenta.   —¿Qué deseas? – Le pregunto, no quiero perder el tiempo en cosas sin importancia.   —¿Por qué estás aquí? ¿Por qué me ayudas? — Me cuestiona.   —Antonella — Es mi respuesta. — Suficiente ha padecido contigo como para agregarle más problemas —   —¿Es una especie de tregua? — Está incrédulo. &n
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Punto de quiebre
Antonella:   Las cosas con Giancarlo no han estado del todo mal, aunque a pesar que Giovanni cuenta con una enfermera que cuida a la pequeña Alexandra (Al final, se eligió el nombre de su madre) casi todo el día, siempre es tan inoportuno, llegando a ser molesto. Varias veces me he aguantado las ganas de mandarlo a lo profundo de los infiernos, pero me contengo sólo por educación.   Giancarlo trata de ser comprensivo, pero lo noto molesto, hasta ha llegado a decirme, corre contesta debe ser algo importante, usando un tono sarcástico. No le puedo reclamar nada, aunque la última vez me enoje con Giovanni y le dije que tanto me preguntaba después de todo no soy madre y no he tenido un recién nacido al cual cuidar por lo que no sabría decirle que es normal o no. Hubo un silencio incomodo por parte de ambos para que de ahí fuera yo la que colgara.   Lo dije sin pensar al sentirme tan fastidiada, lo peor es que Giancarlo justo
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Memorias que hieren
Giancarlo: No la entiendo, porque hemos llegado a un punto en el que si pregunto algo de su pasado con ese, ella quiere terminar. Ahora estoy así, puedo arriesgarme y preguntar y luego salirme con la mía. No obstante cabe la posibilidad que todo termine. Me aventurare. —¿Cómo lo conociste?— Pregunto. —Un día fui con Alexandra y otros amigos al cine, ella lo llevo a él entre su grupo de amigos, nos lo presento como un viejo amigo de la infancia. Al pTeodoracipio nos llevábamos mal, no lo soportaba hasta que un día Giovanni me defendió de unos delincuentes… Descubrí que no era tan malo, nos hicimos amigos y me enamore. Creí que Alexandra y él tenían algo pero ambos lo negaron así que un día me propuso ser su enamorada, un año después su novia y luego de un periodo largo en que su p
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Lo que decir la verdad hizo
Bradley:   Regreso al patio esperando encontrarme con Antonella, pero no fue así, al que hallé fue a un furioso Giancarlo maldiciendo a la nada. No cabe duda que su conversación con Antonella no ha terminado nada bien. Por más que Antonella me diga que Giancarlo fue comprensivo y todo, estoy seguro que no es así. Conozco lo posesivo que puede llegar a ser y que es muy bueno ocultándolo. Estoy seguro que no le agrado del todo encontrarme con Antonella así y seguro dijo alguna cosa que no debía, digamos que la situación con Giovanni lo exaspero.   —¿Qué hiciste? –   —¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? – Su respuesta.   —Supongo que lo malograste de nuevo. – Con solo verlo se conoce su respuesta.— Tu sabes que adoro a mi Clarissita y Antonella es una amiga.   —Lo sé… — Da un suspiro.— Antonella es muy diferente a la que era antes.   —Si aunque cuando es
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Enfermedad
Antonella:   Ha pasado una semana desde que hable con Giovanni y tres semanas desde que hable por última vez con Giancarlo. Giovanni me dice que merezco a Giancarlo que no debería sentirme menos sin embargo es difícil aceptarlo. Ese pasado que tanto me agobia no me permite seguir, no quiero su lastima ni pena. Además, no quería que me presionara, me es difícil hablar de ello porque me avergüenza de lo estúpida que fui.   Por otra parte, ha sido complicado evitar a Giancarlo especialmente porque esta como depredador esperando su presa sin embargo sigue conservando su rutina de la mañana. Aunque he tenido que levantarme temprano al igual que salir y entrar por la ventana. Pronto se va a dar cuenta y me acorralara, estado buscando un lugar al cual mudarme, pero no hay nada y en el pueblo vecino están un poco caros, tendré que sacrificar unas cosas porque seguir bajo el mismo techo lastima.   —Antonella ¿Estás bien? Desde ha
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Una ilusion perdida
Giancarlo:   Antonella luego que le pusieron aquella manta de enfriamiento por fin reacciono por unos momentos y comenzó a gritar al sentir las inyecciones. Ahí me acerque y tome la mano. No tardo en quedar dormida otra vez, está vez creo que no es tanto por la fiebre que según el medico llego a los 40°C, si quedo dormida es por los antipiréticos que le inyectaron vía intravenosa.   —Señor usted es su esposo de la señora. ¿Verdad?— Se acerca el doctor.   Lo mejor es decir que si porque si me negaba no querrían darme información de Antonella.   —Si.— Asiento.   —El estado de ella no es tan grave, se habrá dado cuenta que en la zona hay una epidemia de gripe bastante fuerte. Por lo que en esta última semana nos han llegado muchos pacientes con fiebre muy alta.— Me cuenta.   —Supongo que tanto adultos como niños. – Lo interrumpo.   —Si. Lo q
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