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Todos los capítulos de De Mil Colores: Capítulo 31 - Capítulo 40
48 chapters
Cap. 29 – En el hospital.
 Temblaba, toda yo lo hacía, mientras mis lágrimas seguían saliendo, con esa angustia dentro de mí, mirando hacia las manos aún llenas de sangre. Ni siquiera sabía qué era lo que había sucedido, ¿quién le había disparado? Pero una cosa era clara, él me había llamado a mí, justo cuando estaba al borde de la muerte.¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no llamar a su amante o a cualquiera de sus amigos?Mi teléfono comenzó a sonar, cosa normal, pues era tarde, mis padres estarían preocupados, por no hablar de mis hermanas. Pero en aquel momento tan sólo podía mirar hacia la puerta por la que se habían llevado su cuerpo inconsciente para operarlo de urgencia, mirando de reojo hacia su padre y la zorra de Vanesa, que llegaron, tan sólo veinte minutos después de que yo lo hic
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Capítulo 30 – El despertar.
 Despertar en el hospital sin rastro de ella por ninguna parte, viendo junto a mí a papá, a la zorra de Vanesa y a mi amigo Mike… De Alex no había ni rastro, no entendía dónde se había metido ese capullo.Papá me acusó de irresponsable, por supuesto, después de enterarse de que el almacén de armas estaba vendido por mi causa, y fue Mike el que salvó la maldita situación echando a aquellos dos de mi habitación, necesitaba descansar después de haber estado a las puertas de la muerte, fueron sus palabras.- Siento que sea tu padre, pero ese tío es un capullo – rompí a reír, quejándome en cuanto comenzó a dolerme la herida, lanzándole una mirada de odio a mi amigo – te dije que toda esta mierda te salpicaría algún día, Jack.- No estoy ahora para que me sermon
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Cap. 31 – Celos.
 Después de salvarme de las garras de la muerte, con una investigación policial siguiendo cada uno de mis pasos, intentando tener la mínima excusa para pillarme, debía llevar un nivel bajo. Pero … siendo sinceros, nunca se me ha dado demasiado bien eso de no destacar. Me gusta demasiado dar la nota, ser el bromista del grupo, llevarme a las señoritas de calle, el sexo, el alcohol, las fiestas y las drogas.Reconozco que la relación con mi viejo mejoró después de eso, cambió la cerradura de acceso y las claves del almacén de armas, y prometí ayudarle con la seguridad. Tenía un master en robótica y se me daban bien las armas, por esa razón me metí en la armada.Tenía que dejar todo el tema de Lisa Miller aparcado, a pesar de nuestro pequeño acercamiento y de que me salvase la vida, todo entre nosotros seguía ig
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Cap. 32 – Misión de rescate.
 Hacía ya largo rato que el auto se había detenido en el parque, por detrás de dónde estaba la mansión familiar de los Miller, mi hogar. Pero ninguno de los dos habíamos pronunciado palabra o nos movimos para que bajase y me marchase a casa.No podía dejar de pensar en lo que había estado a punto de pasar en el despacho de James, en sus palabras cuando fui al despacho, en las que no quería pensar en ese momento, me hacía daño pensar en que podría haberme convertido en una víctima como lo fue mi hermana en el pasado, si Jack no hubiese entrado por esa puerta… dios sabe lo que habría ocurrido. Pero había sido él, el detonante de todo, como siempre.Abrí la puerta y salí, me estaba ahogando allí dentro. Jack salió al mismo tiempo, rodeó el vehículo y se preparó para hablar. Per
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Cap. 33 – La culpa.
 Todo aquello era mi culpa, que mi hermana volviese a estar en ese estado, que no quisiese vivir, que volviese a plantearse la idea de quitarse la vida…Ni siquiera podía mirarla a la cara, no cuando fui yo la que habló con Fígaro, la que hizo que él la metiese en ese lugar. No quería pensar dónde se había metido esa sucia rata, o en lo mucho que papá evadía la pregunta cuando le preguntaba al respecto. Sabía que estaba tramando algo, de la misma forma en la que sabía que Jack y Alex estaban con él. Pero ni siquiera quería enfrentarles y pararles, en aquel momento sólo podía mirar la escena con distancia.Mamá nos abrió la puerta para hacernos pasar a la habitación de Sophia, yo sólo quería desaparecer.- Ahora estás a salvo – prometió Amara dando un paso hacia ella, m
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Cap. 34 – Hasta las trancas.
 Jamás en toda mi vida pensé que vería al gran Alex Clark así de hundido, como cuando lo descubrimos al entrar en la habitación. Fue Mike el que se sentó a su lado e intentó recomponerlo, yo … sólo observé la escena. Una parte de mí lo comprendía bien, y sólo quería que se declarase de una vez, que le dijese a nuestro amigo lo que sentía por su hija y dejase de luchar, al menos uno de los dos se merecía ser feliz, y puesto que no iba a ser yo… era justo que lo fuese él.- ¿Qué mierdas le ha pasado? – fue lo que Mike quería saber. Yo no quería desvelar ese secreto, no era mío.- Eso es algo que él debe decirte. Yo estoy harto de estar en medio – me eché hacia atrás y dejé que aquellos dos se pusiesen al día.- Estoy aquí,
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Cap. 35 – La Celestina.
 Recuperar la relación con mis hermanas fue lo que me hizo salir a delante, comprender una verdad poderosa que hizo que me lo replantease todo, incluso mi trabajo en el club. Ya no quería seguir allí, se me había quedado corto, porque cada cosa que hacía me recordaba a él, más cuando había rumores por todas partes de que pronto aceptaría el puesto de su padre y tendría el poder total. Necesitaba cerrar ese capítulo, dejarle atrás y vivir mi vida, quizás aferrarme a mis hermanas me ayudase a lograrlo, pero antes necesitaba dejar atrás todo el lastre que seguía arrastrando.Sophia estaba mucho mejor, pero aún me preocupaba el hecho de que se negase a salir de casa. Estaba aterrada de poner un pie fuera de esa casa, y lo entendía, después del infierno que vivió en ese lugar, debía de ser difícil para ella
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Cap. 36 – Despedida.
 Volver al trabajo después de lo ocurrido fue duro, de nada sirvió que James se disculpase, aún me encontraba dolida, no podía hacer como si nada.Víctor propuso una nueva vacante que pronto sería suplida por alguien de su plena confianza, eso hizo estallar los rumores sobre que esa persona podría ser su propio hijo, y que tendría mucho más poder que ninguno de nosotros. Yo ni siquiera quería pensar en ello. Esa persona trabajaría directamente conmigo, James había sido suspendido hasta nuevo aviso, y yo lo agradecí.Hablaba con Elena, mi nueva ayudante, con respecto al próximo certamen, cuando los gritos retumbaron en las paredes, haciendo que todos saliésemos de nuestros despachos e irrumpiésemos en el pasillo. Los gritos parecían provenir del despacho de Víctor.Las puertas se abrieron y una muy malhumorada
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Cap. 37 – Confidentes.
 Estaba de los putos nervios allí subido, di varias vueltas por cubierta, intenté dormir en la litera que me había tocado, incluso me fumé la mitad de la cajetilla de tabaco. Nada calmaba mis putos nervios, joder.Sólo necesitaba saber que todo había ido bien, una puta llamada que no terminaba de llegar, y justo cuando empecé a quedarme dormido, pensando en mi madre montando a caballo, el teléfono comenzó a sonar. Lo descolgué y respondí con rapidez, no podía siquiera respirar.- Dime que todo ha ido bien – supliqué, pero el puto Alex de los huevos no contestaba, y eso sólo me ponía de los nervios - ¿ha ido mal?- Ha ido bien – prometió. El aire regresó a mis pulmones entonces – Dice que la han echado del comité – sonreí, esa sonrisa era incluso mejor, pero era algo que y
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Cap. 38 – Acorralado.
 Hogar dulce hogar.Daba gusto volver a casa, darse una ducha de agua caliente, dejar de huir en país extranjero, tomarme un momento para dejar toda mi mierda fuera de mi mente mientras me hacía una gayola, salí mucho más relajado, aun con la toalla en los bajos, escuchando la maldita puerta. Parecía que no podían dejarme tranquilo, me necesitaban para todo, esos cabrones. Y el que estaba fuera era de los insistentes, iba a reventarme el puto timbre.- ¿Se puede saber que mierdas te pasa? – me quejé al ver a Alex allí. Le hice una señal para que entrase, y me sujeté el cabello húmedo en una coleta, odiaba cuando no lo tenía moldeado, sólo era un montón de pelo en la cara. Maldita sea, había olvidado cepillarme los dientes. Me metí en la ducha, más que dispuesto a agarrar el cepillo de dientes – No quiero
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