Aaron apretó la mandibula mientras veía la luz de una linterna moverse en su habitación, Erin estaba sola con los niños en el interior, y había dejado tanto su arma como su telefono en la oficina, maldiciendo, se acercó rapidamente hacia el porche de su vecino de enfrente, tocando la puerta sin dejar de mirar hacia su propia casa, la mayoría de luces estaban apagadas, y no había ningún auto extraño en ese lado de la calle.- un momento - escuchó gritar a su vecio, Andrew, él vivía con su esposa y su bebé recién nacida, por lo que probablemente los estaba incordiando, pero él tenía un registro de todos los portadores de armas de su barrio, junto con planos y vias de accceso de la ciudad, así que sab´ia perfectamente quien tenía qque en aquella zona - ¿Quién...? - empezó el hombre, era poco mayor que Aaron, con treinta y siete años, ocasionalmente se habían tomado un par de cervezas y hacía parte de la guardia del vecindario, del cual Aaron era consultor, al verlo, el hombre abrió rapi
Leer más