Más tarde llegaron a la casa de campo. Había una enorme mansión, y otras casas alrededor para la manada de Alexander. La mansión estaba preparada para poder estar a solas con su luna. Había varias habitaciones con sus baños personales, una enorme cocina, biblioteca, despacho, sala de estar, cocina, etc. Pese a que era una casa de campo era muy lujosa y elegante, con un enorme jardín junto con una gran piscina. Al llegar Alexander volvió a cargar a Sam. —Os podéis ir a descansar, pero que nadie nos interrumpa. Él metió a Sam en la habitación. Le dejó caer en la cama arropándolo para que descansara, él se desnudó por completo y se metió en la ducha. Necesitaba quitarse todo el sudor del cuerpo, y enfriarse un poco. Alexander estuvo duchándose y limpiándose todo el cuerpo un buen rato hasta que sintió unas suaves manos detrás de él, le estaba tocando la espalda. Cuando se dió la vuelta vió a Sam, se había despertado y su celo había vuelto. Le dió un suave beso en los labios a
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