Es de noche y no he visto en todo el día la pequeña silueta de Maxine ni por error, ella está escondida en su habitación, se esconde de mí, eso está claro, pero duele saber que soy el causante de su incomodidad cuando lo único que quiero causarle es todo lo contrario. Ruedo en la cama, no puedo dormir, mi segundo día aquí y no puedo domir, a este paso el día de la boda me veré diez años mayor o quizás más. Las sábanas de repente me molestan mas, me pican y parecen más pesadas, siento que cada una pesa cinco kilos. Estoy incómodo en esta cama, quiero salir de las cobijas y lo hago, salto de la cama y voy directo al balcón. El de esta habitación da hacia la ciudad, es pequeña, pero acogedora, los focos de la grandes ciudades se pueden ver desde aquí, son pequeños puntos, como pequeñas estrellas tintiniantes, pero lindas, no estan en el cielo, están de frente. Parece que se mueven, pero es por la distancia. Más cerca, también se ven los focos encendidos de la ciudad, son los del alumbra
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