Ella baja la guardia y movido por mis instintos, la beso, reclamo sus labios en un beso íntimo y muy pasional. Maxine se resiste, pero yo con más fuerza me entrego a ella con el beso, quiero que sienta mi necesidad por ella y el deseo que he estado guardando por horas desde que la vi hoy, quiero que se de cuanta de que esto que siento es más fuerte que mi cordura. Empuja mis hombros, al parecer no le quiere cerca, pero yo la acerco más a mí. —No me obligues a alejarme, yo sé que tú también quieres esto— comento con voz ronca, me acerco más a ella y no respinga, ni se niega, está tan nerviosa que no sabe hacer así que la tomo y la empujo hacia la pared, donde la acorralo.—¿También deseas esto, verdad, Maxine?— le busco los ojos, necesito saber su repuesta, ella se queda en shock, sus ojos conectan con los míos. Ella guarda silencio, pero hay una chispa en sus ojos que me dejan en claro su respuesta. También quiere esto, asi que sin miedo repaso su cuerpo con mis manos, recorro sus c
—Fue un error— mis propias palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez, me atormentan y no me dejan ni respirar. Parece que hago de todo para ser un hijo de puta frente a Maxine, me comporto como lo que todas la mujeres odian, un hombre que le gusta jugar y ser un desgraciado con ellas. Yo no quiero ser así, mamá me ha educado como un caballero, ella no espera eso de su hijo y no es que me importe mucho, pero ella me repetía cuando era niño que a las mujeres se les trata bonito. Se les quiere sobre todo y se le respeta. Siento que haber salido de es habitación fue lo peor que pude haber hecho, esta noche era la oportunidad perfecta para remediar las cosas con ella. Esta noche era la ocasión de hacer las cosas bien, pero tampoco hay tantas alternativas, no podía quedarme más tiempo ahí, con ella. Era un peligro enorme, si alguien se entera... que Dios me ayude y es que por mí no hay problema. No me da miedo, de mi lado no hay nada que perder, pero Maxine ella es la que me importa
Es de noche y no he visto en todo el día la pequeña silueta de Maxine ni por error, ella está escondida en su habitación, se esconde de mí, eso está claro, pero duele saber que soy el causante de su incomodidad cuando lo único que quiero causarle es todo lo contrario. Ruedo en la cama, no puedo dormir, mi segundo día aquí y no puedo domir, a este paso el día de la boda me veré diez años mayor o quizás más. Las sábanas de repente me molestan mas, me pican y parecen más pesadas, siento que cada una pesa cinco kilos. Estoy incómodo en esta cama, quiero salir de las cobijas y lo hago, salto de la cama y voy directo al balcón. El de esta habitación da hacia la ciudad, es pequeña, pero acogedora, los focos de la grandes ciudades se pueden ver desde aquí, son pequeños puntos, como pequeñas estrellas tintiniantes, pero lindas, no estan en el cielo, están de frente. Parece que se mueven, pero es por la distancia. Más cerca, también se ven los focos encendidos de la ciudad, son los del alumbra
En mi adolescencia toma decisiones alocadas, creo que fue así como encontré la amistad de Sebastian y los chicos. Soy una persona que viene de una familia llena de privilegios, una familia en donde desde chicos a todos mis, hermanos, primos y a mí nos obligaron a tomar clases de modales para desarrollarnos en las fiestas de papá. Fiestas en donde había cientos de personas que tenían miles y miles de dólares en sus carteras, papá no podía darse el lujo de que uno de sus hijos fuera grosero con una persona así o que comiera mal la sopa enfrente de ellos. He crecido arremetiendome con las leyes y normas de mis padres, sé mis obligaciones y mis ambiciones van de la mano con ellas. Por eso es que cuando crecí y me di cuenta de que la vida de mis amigos era totalmente distinta a la mía me sentí extraño, no sabia que podía salir a beber los viernes por la noche y mucho menos un lunes, todo era nuevo. La universidad me dio la identidad que necesitaba y que los colegios privados y los maestro
El desayuno fue todo un maldito reto, mamá se pasó todo el rato intentando intimidar a Maxine e hizo comentarios muy hirientes sobre ella y para ella, yo solo pude quedarme callado, no estoy en posición de discutir con mi mamá, tampoco estoy en disposición de defenderla. Mamá podría sospechar y lo sé porque ella es bastante astuta y conoce perfectamente cuando estoy mintiendo. Respiro hondo, estoy en el jardín, solo y sin nada que hacer. Las chicas se marcharon en la búsqueda de el vestido de novias, Juliette quería ir con ellas, pero Hannah no quiso que las acompañara. Algo raro, pues creo que eso lo hacen siempre entre mujeres y entre ellas la mamá de la n novia. No me pondré a cuestionar la decisión de la novia porqie sinceramente en este punto es lo que menos me interesa. —Hermano— me llama Mason quien trae en las manos una cerveza, me ofrece una y la tomo con mucho gusto. El día esta fresco, pero no tanto y de vez en cuando las nubes dejan que el los rayos del sol se escapen. U
Después de la comida, Hannah y yo decidimos pasar un rato en el jardín. Creo que es mi lugar favorito de esta casa, es tan tranquilo que me da la paz que ahora mismo necesito. Además de que hay muchas flores que atraen a varias aves y muchos insectos, me gusta observarlos y pensar en lo libres que son. Vuelan de un lugar a otro sin miedo, sin responsabilidades, pues creo que su trabajo en la tierra no es una responsabilidad, sino simplemente eso, su trabajo. Tienen libertades, vuelan hacia donde ellos quieren o hacia donde los llaman por medio de una flor. Quiero ser libre de tomar mis decisiones, sin embargo, no soy un ave, ni una abeja, soy un hombre que de vez en cuando toma malas decisiones y unas que otras muy, pero muy malas. También suelo ser... libre, pero no tanto como ellos.—Max— me llama la chica de cabello rubio, me gusta su cabello, pero es el contrario de Maxine. —Siento... es que— suspira hondo, no encuentra las palabras necesarias para expresar sus ideas.— Estaba, no,
He sido una persona que ha tenido el privilegio de ir a psicólogos cada que tenía un comportamiento violento o "raro" según mi madre. Fui a terapia cuando le rompí la nariz a Jerry Williams, un compañero del colegio, un año mayor que yo y con todas las intenciones de molestarme cada mañana. Así que básicamente estaba harto de él y su presencia, así que bastó un empujón causal y nada intencional para que yo le partiera la cara. Jerry hizo lo que yo en meses no hice, llorale a las profesoras. Lloró como lo que éramos, unos niñitos tontos que habían manchado su pantalón. Eso éramos, con la diferencia de que uno de nosotros era mucho más dramático. Por supuesto que todos los maestros se soprendieron cuando nos vieron a Jerry y a mí rodando por el piso, pues yo era un alumno con un promedio soprendente y erróneamente, eso me daba la imagen de un niño bueno. Un niño que mete su nariz entre libros toda la noche no es sinónimo de un niño bueno, hay muchos niños nerds que son unos hijos de put
Hay cosas que nunca había hecho antes y tengo una lista de esas mismas cosas que me gustaría realizar tan al menos una vez en mi vida antes de que muera. Pero sin lugar a dudas y sin miedo a equivocarme, en mis lista no está "encerrarme en un baño como un maldito ladrón" y es justo lo que estoy haciendo. Estoy en el baño de Maxine escondido, estoy asustado y el pulso me late desbocado, lo siento en las sienes, martillando una y otra vez en mi cabeza. Hannah, me caes bien, pero en este momento te odio, ¿por qué tenías que tocar la puerta justo en el momento en que Maxine estaba siendo débil? ¿Por qué? Cierro los ojos con fuerza, estaba a punto de lograr que Maxine me diera información sobre esa persona con la que saldrá. —Te buscan abajo— es Hannah hablando desde afuera, su voz suena amortiguada y lejana, pero a la vez tan clara y lo que dice me enoja, ¿alguien busca a Maxine?.— ¿Aún no estás lista?— lo que ve es mi obra, soy yo quien detuvo sus preparativos y la hubiera detenido si t