Madrid, a Alana le hacía tanta falta. Sus calles, su clima, la gente, todo de él le hacía falta, pero en especial su abuela. -¡abue! - ambas se fundimos en un fuerte abrazo, logrando que todas las emociones comenzarán a aflorar, los ojos de la castaña se llenaron de lágrimas -querida, ¿porque lloras? -no es nada abue, solo te extrañe mucho - ella le dedica su hermosa sonrisa que siempre ha logrado calmarme -a mi no me puedes mentir, pero no te voy a presionar. Cuando estés lista estaré para escucharte -Gracias abue-te prepararé tu comida favorita Por otra parte, no muy lejos de Alana, el Alemán se encontraba con una vaso de vodka intentando no estallar en ira. La partida de Alana lo estaba matando, ni siquiera fue capaz de decir adiós, solo se fue y quién sabe si regrese -adal - anton, entra a la oficina cautelosamente, no sabe cómo está el humor de su hermano más ahora que se enteró que Alana se fue a Madrid - ¿cómo estás? -¿cómo crees que me siento, Anton?, ella se fue, no
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