Mientras Laura y Miriam hablaban en la habitación tranquilas, Jacob y Adele tuvieron un caluroso altercado en la oficina.—Ya te dije no podemos seguir con esta relación— dijo Jacob a Adele que quería sostener relaciones con él en esos momentos. La mujer estaba casi desnuda delante de él y se le insinuaba consciente de que él estaba muy erecto él se rehusaba a someterse a las caricias de la libidinosa mujer.El encantamiento cada vez se hacía más fuerte y ella lo anhelaba con intensidad, sin embargo, para Jacob la lucha era mucho más grande. Él la amaba, pero su obligación con su aquelarre lo mantenía subyugado. Debía primero someterse a las leyes de los brujos y renunciar a sus cargos debido a la relación con la humana. Una mujer muy bella, pero sin ningún don especial algo que su aquelarre no vería con buenos ojos.—Pero &iqu
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