18 Matt caminaba con las manos metidas en los bolsillos, lucía pensativo, pero también parecía estar enfadado. Podía verlo claramente en su ceño fruncido y en sus pasos cada vez más bruscos, a pesar de eso, me miraba una y otra vez, percatándose de que fuera a su lado. No quería decir nada, no quería invadir su momento de silencio. Tal vez estaba enfadado conmigo, no sabría por qué, pero no podía entender ni adivinar en qué estaría pensando. Seguía con los labios apretados, y sentir que estaba extraño, de alguna manera me hacía sentir pequeñita. Sentía como si caminara sola en medio de aquella calle oscura, y era extraño, porque siempre a su lado me sentía segura, acompañada, y verlo así de distante me hacía sentir cosas para nada agradables. Estaba acostumbrada a pasar mi tiempo sola, al conocer a Matt la cosa había cambiado, y tal vez, sólo tal vez, me había acostumbrado un poco a eso. Metí también las manos en los bolsillos cuando el frío comenzó a causarme dolor en los dedos.
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