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Todos los capítulos de El regreso de una Luna: Capítulo 31 - Capítulo 35
35 chapters
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Abro la puerta y sacudo al hombre con fuerza, esperando su ayuda, su seguridad. Lo único que veo es su cuello desangrado y toda su ropa manchada.Suelto un jadeo y retrocedo, mis manos sudan mientras marco a Blake. El teléfono se me cae de las manos dando en la alcantarilla mientras escucho su voz en la lejanía.—¡Blake!Escucho pisadas, escucho risas, escucho hombres. Comienzo a correr, corro y corro hasta que no sé donde estoy. Un callejón es lo que puedo ver, acorralada, asustada. Así es como me siento.Me acurruco, esperando no ser encontrada. Llorando por la ausencia de Camila.—¡Ahí está!— esa frase es la causante de mayor desesperación, tiemblo y tiemblo, porque, aunque intente pensar que es otra cosa, sé que me han encontrado.Veo la silueta de un hombre. Sus pasos me atormentan. No tengo escapatoria.—¿Creíste que podías engañarnos, muñeca?Aprieto mis dientes mientras mis garras se entierran en mi piel.—La otra perra es un buen bocadillo, pero lo que necesitamos es el plato
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El camino de vuelta se me ha hecho eterno, intento despejar mi cabeza, pero solo hay problemas y más problemas. Blake acaricia mi cabello, pero la tensión por lo que ha pasado no disminuye.—¿Aún estás molesta?— ¿En mi lugar no lo estarías?—La verdad es que ni te hablaría.—Y no tengo ganas de hacerlo de hecho.—Perdón, la verdad es que soy un idiota—Eso es algo que no te voy a negar—Te amo demasiado—murmura—. Me da miedo perderte.—De la única forma en que me perderías es arrancándome el corazón, me es inevitable amarte.—Al verte con ese tipo me he pensado lo peor dejarme llevar por lo que me dicen los demás, no me gusta ver a ningún Idiota cerca de ti, porque me vuelvo loco.Me quedo callada por unos segundos porque no sé qué responder, sus actitudes me lastiman y me hacen verlo como un niño, un niño dolido y solitario que no sabe cómo amar.Me hace daño, pero la vez me recompone, me agota y me llena de energía a la vez, es como una corriente contra la que nado, pero qué me man
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Observo como Blake termina de guardar sus cosas en una pequeña maleta que cierra con pereza.—En verdad no es necesario que te vayas—susurro apenada.Era su casa, como es posible que elija irse. Yo era quien había tomado la decisión, yo debía marcharme.—No te preocupes, he hablado con tu padre. Ambos pensamos que no es seguro viajar, el vendrá a verte todas las veces que quieras.—Aun así, si no puedo irme deberías quedarte. No será como antes pero es tu casa, aunque no estemos juntos puedes estar aquí.—No creo que sea algo que pueda soportar— murmura.Hago una mueca y trago saliva. Sus ojos azules se encuentran con los míos y me veo a punto de llorar.—No iré muy lejos de todos modos, debo estar al pendiente. —Solo cuidate—le pido—. ¿Me lo puedes prometer?—Lo prometo— deja un beso en mi frente y luego me abraza con fuerza, respirando en mi cuello—. Volveré, no te desharás de mí tan fácil.***Han pasado horas, y yo no me he movido de mi sitio, Isabel ha venido unas cuantas veces
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Mi teléfono tenía diez días de mensajes acumulados, todos de Blake. En el último me preguntaba qué porque no respondía sus mensajes. El muy sinvergüenza. Aunque estuviera muy molesta, también estaba preocupada, ¿Cómo le afectaría todo lo que estaba ocurriendo? Sé por todo lo que pasó por superar esto. Comienzo a escuchar gritos y decido vigilar si Ema no se encuentra en un problema. La veo acurrucada llorando mientras su madre y su hermana discuten. —¡Fuiste una irresponsable! ¡Te pedí que lo ayudaras ¡Que fueras de apoyo para él, y lo abandonaste! —¡Era tu responsabilidad quedarte, mamá! ¡Tú nos abandonaste! —¿Cómo puedes decir eso?— su voz suena rota— ¡Casi muero!, con tu padre fingimos la muerte para salvar nuestras miserables vidas, para en un futuro poder regresar cuando pudiéramos solucionarlo. Para asegurar el bienestar de ti y tus hermanos. Sin que se den cuenta tomo el brazo de Ema y la saco de ahí, ella se aferra a mí mostrándose desconsolada. Todo ronda por mi cabeza
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Mis manos tiemblan mientras lloro desconsolada abrazando a Cami. La examino por todos lados para asegurarme de que no le hayan hecho daño.—Me alegro de que estés aquí. Y lo siento mucho, por todo.—Estoy bien—sonríe y da una vuelta—. Yo siempre estoy bien.Suspiro porque sé que en el fondo pasó un susto enorme al igual que Shane, quien se aseguró de destrozar cada uno de sus apestosos cuerpos.—Te querían a ti, si hubieran conseguido llevarte no lo contarías, Amy. Se han equivocado, solo por eso estás aquí.Tiemblo y un escalofrío me recorre.Me abraza con fuerza— Debes cuidarte mucho. Sobre todo ahora que Blake no está.***Camila está con la boca abierta como hace un minuto, cierro su mandíbula con mi mano y pellizco su brazo.—Santa diosa.Aisha sonríe y le estruja como si fuera un peluche—. Estás tan grande, mi fresita pecosa.—En verdad quiero llorar—murmura aun atontada.—No, no, no preciosura, hoy hay que festejar.***Los chicos de servicio van de allá para acá sin parar un s
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