Mientras Analía seguía describiendo a Carlos, impresionada por su presencia. Elizabeth, no sabía qué hacer. María Paz, al verla tan angustiada se dirigió a su asistente. —Es mi cuñado Carlos. Hazlo pasar cuando yo te indique, por el momento invítale un café, entretenlo por favor —ordenó María Paz. — ¿Su cuñado?, ¿Ese hombre tan guapo es hermano de su novio? ¿Es soltero? —indagó la joven, mientras Elizabeth, fijaba su mirada llena de seriedad en la asistente de María Paz. —Son demasiadas preguntas Analía —expresó la joven Vidal—. Haz, lo que te ordené. Analía obedeció, y se dirigió hacia donde Carlos, estaba parado observando la ciudad por los grandes ventanales, muy elegante con su traje de diseñador, y esa presencia tan imponente que él tenía, la joven al verlo suspiró: —Doctor Duque, la señorita María Paz, lo atiende en unos minutos. ¿Desea tomar algo? —Sonrió la much
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