Capítulo 25. El amor
Sentir los labios de Lía recorrer su boca y juguetear con su lengua, era la sensación más excitante que podía haber experimentado Marcos, a pesar de haber desfilado por su vida cualquier cantidad de mujeres hermosas, unas más a otras, entre ellas, modelos, actrices, empresarias, ninguna podía compararse a la mujer frente a él, que temblaba como si fuera una hoja siendo batida por los vientos. Ella era distinta, una mezcla contradictoria, porque, por una parte, era frágil, aunque a la vez dura para enfrentarse a cualquier vicisitud, suave, pero rebelde para defender con pasión sus ideas, ingenua y ocurrente para exponer en lo que cree, atrevida sin dejar a un lado su timidez.Lía de pronto se dio cuenta de lo que estaba haciendo y retrocedió un par de pasos temerosa, con su carita sonrojada, como si le avergonzara haber tomado la iniciativa.—Usted señorita, va a huir, ¿Cómo es eso? ¿Después de haber matado al tigre le tiene miedo al cuero? —expresó s
Leer más