—Así que vas a ser padre, pero no por parte de tu esposa, sino de Julieta, es decir de la mujer a la que verdaderamente amas. Dios mío, amigo, o alguien allí arriba se divierte complicándote o la vida, o simplemente es una señal de que al dar ese Sí en esa boda te equivocaste olímpicamente —exclama Daniel con un tono de voz burlón caminando junto a su amigo por el shopping, en busca de quién sabe qué.—Siempre es todo un gusto ser capaz de robarte sonrisas, lo único que sé es que tengo a Julieta embarazada, una esposa histérica, a los medios que Dios sabe que idioteces van a inventar, y eso que aún mi padre por alguna razón no se ha aparecido con su discurso de cuidar la imagen de la familia —protesta Ariel deteniéndose frente a una tienda de artículos de bebes.—No seas tan aguafiestas, hasta podrías vender tu historia de vida para una telenovela. Pero ya en serio, en parte me alegra que esto haya sucedido, porque quiere decir que Julieta aún seguirá siendo parte de tu vida, y lo seg
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