El tiempo siguió pasando y Leslie seguía siendo un ave nocturna, se había acostumbrado a siempre trabajar de noche, a dormir durante el día, a no tener días de festividad, ni de festejar su cumpleaños, todos los días eran los mismos para ella, uno igual a otro, habían pasado ya seis años y Leslie aún seguía viviendo en ese sótano y la señora Funez solo le había subido el precio a la renta por los servicios de agua, luz y gas, seguían siendo ellas dos en esa casa, solo que más mayores, sobre todo Funez que ahora hacía uso de un bastón para apoyarse y poder caminar.Leslie ahora tenía una televisión y un pequeño refrigerador para guardar sus comestibles, estaba un poco más estable y se había acostumbrado a doblar turnos casi del diario, para así dormir extremadamente agotada y no desear nada más que dormir y sentir como el cuerpo sentía ese dolor del cansancio, era para Leslie una especie de droga y de autoflagelación y una manera de evitar tomar más pastillas para la ansiedad.
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