KEITH Todo termina tarde que temprano en la vida, más cuando se trata de aquel rayo de ilusión que nos llega de un momento para otro. Quisiera gritarle que se quede a mi lado, sin importar que piense que soy un egoísta, pero no puedo arruinar el brillo de felicidad que hay en su mirada. Lo nuestro empezó por casualidad, por lo que, sea como sea que termine nuestra historia, será de la misma forma. Los meses, por más en quise congelarlos, pasaron sumamente rápido. Pensando en la falta tan grande que me hará dentro de pocas horas, el corazón no deja de reñir la razón. Quiero que esté conmigo, pero no soy quién para frenar sus sueños. U partida llegó inminente, arrancándome de las manos una razón para vivir feliz. Anoche pas&e
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