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Todos los capítulos de Pasión Secreta: Capítulo 11 - Capítulo 20
47 chapters
Tensión
MELANIETan pronto llegué a mi casa, me adentré en la ducha y duré largos minutos debajo del agua. Nunca antes me había sentido tan mal en mi vida, no solo por la metida de pata que anoche cometí, sino por el hecho de que ese hombre tan pasional y misterioso sea el papá de mi mejor amiga. No debí ir a ese lugar sola, y menos ponerme a beber como lo hice.En cierto modo necesitaba olvidar el dolor que Rubén; el hombre que amaba con todas las fuerzas de mi corazón, decidiera engañarme sin remordimiento alguno. Pero no había necesidad de involucrarme con otro hombre estando ebria, ¿o sí?¿Cómo se supone que ahora vea la cara de mi única amiga sin sentir culpa? Es su padre, ella es mi mejor amiga. No quiero que nuestra amistad se vea afectada por algo que ocurrió de momento y sin esperarse.Siempre ha sabido qué
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Madurez
—Es mejor que hablemos en un lugar privado. Además, vamos a hablar de la apasionada noche que tuvimos en medio de un callejón sin siquiera saber ni nuestros nombres, pero que, a la mañana siguiente, nos estrellamos en…—Ya comprendí… — desvió la mirada.— Quiero decir — carraspeé—, no podemos darnos el lujo que las personas escuchen la intimidad que tuvimos tú y yo.—Toma asiento, por favor — su rostro se encontraba sumamente rojo—. ¿Te apetece un café o un té?—No, así estoy bien, muchas gracias.Me señaló el enorme sofá que decoraba su oficina, y tras darme el paso me senté con el corazón a mil. Que imprudencia la mía, pero soy una persona que le gusta decir las cosas como son. Además, es de lo que vamos a hablar, no del
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Nuestro secreto
Tenerlo tan cerca, sintiendo contra la palma de mi mano su acelerado corazón y su agitado respirar me llevó a querer sentirlo de nuevo. La suavidad y la humedad de sus labios se me están insinuando descaradamente.Él se quedó en silencio, tal vez comprendiendo mis palabras, o pensando en que no soy quién para opinar en su vida. Como no apartó mi mano de su pecho, hice un suave y lento recorrido hacia su barbilla, acariciando su pecho y cuello con la yema de mis dedos. Lo sentí estremecerse tan pronto toqué su piel. Al llegar a su barba, jugué con ella entre mis dedos hasta que llegué a mi destino; sus labios. Acaricié sutilmente su labio inferior, para después hacer lo mismo con el de arriba; son delgados, pero suaves y carnosos. Siento un gran deseo de besarlo, y no comprendo por qué razón.—¿Q-qué haces? — tartamudeó ap
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Vuelve
KEITH —¿Por qué estabas encerrado en la oficina, Keith? — inquirió Gabriel, observándome con gran detenimiento—. Siempre dejas la puerta sin seguro. —Quería estar solo por un momento. Necesitaba pensar — carraspeé, ajustando la corbata en su sitio—. ¿Me necesitas? —Estás actuando raro — tomó asiento en el sofá e hizo una mueca—. ¿Seguro que no estabas haciendo nada? —No sé a lo que te refieres, Gabriel — fui a mi escritorio, cubriendo con mis piernas a Melanie, mientras ella esbozaba una pequeña sonrisa—. El que está raro haciéndome tanta pregunta eres tú. —¿C&oacu
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Necesidad
Por más en que trataba de no pensar en ese último encuentro con Melanie, cada día se me hacía más imposible. Sus besos son como una especie de tortura; y, no sé sí esté bien o mal sentir tanto por ella. Por mi parte aun sentía algo de culpa, más por el mismo hecho de ser la amiga de mi hija y todo lo que hemos ocultado. En cambio, Melanie no ha regresado a la casa y tampoco volvió a la oficina. Supe por Katie que ella no ha respondido a sus mensajes. En cierto modo, me siento muy culpable. No fue mi intención haber arruinado su bonita amistad. Cada vez me siento peor. Estas últimas semanas he pensado mucho en si ir o no a hablar con Melanie y solucionar todo.—¿Todo está en orden, Sr. Morrison? — inquirió la Srta. Wilson después de un largo silencio entre los dos—. Que no me diga nada, me inquieta un poco.—Todo est&
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Ataque
No había pronunciado palabra alguna desde que nos sentamos en la mesa a comer. Mi corazón no dejaba de latir con fuerza y rapidez. Las manos me temblaban sin control al tenerla frente a frente. Katie no ha parado de hablar y de hacer bromas mientras nosotros nos encontramos en una situación bastante incomoda, dándonos miradas fugaces y extrañas que revientan mi corazón y mi mente. Incluso llegué a pensar que Katie lo sabía todo y que solo era cuestión de segundos para que la bomba explotara. Su mirada, su sonrisa, sus labios, la manera en la que toma aire para hablar con Katie y la mira con pena, con culpa, con arrepentimiento me pone cada vez peor. No puedo más, necesito estar lo más lejos posible de ella. Esto que siento no puede crecer, simplemente no debe por qué existir en primera instancia. —Bueno, chica
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Susto
Bajo la misma perdición de sus besos, la tomé de la cadera y ella entrelazó sus piernas en mi espalda, aferrándose de mi cuello y pegándome más a su cuerpo. Nuestros besos escalaron descomunalmente; la deseaba, en ese momento quería sentirme a plenitud, aun sabiendo de lo que estábamos haciendo no estaba del todo bien.¿Por qué tiene que sentirse tan bien y tan mal a la vez? Acaricié sus muslos descubiertos y apreté su trasero firmemente en mis manos. El gemido que escapó de sus labios lo silencié con un beso más rudo y profundo. Sus besos me saben a miel, sus labios son demasiado adictivos. La humedad de su lengua jugando con la mía me tiene al borde del abismo.—Creí que hablaríamos, Sr. Keith.Me pone cuando me dice Sr. Keith. Su voz no puede sonar más erótica y dulce.—Lo haremo
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Imposible
A la mañana siguiente desperté muy temprano y tuve tiempo de salir a correr. Hace años no daba vuelta al vecindario, por lo que a la cuarta me sentía agotado y regresé a la casa. Pero me hizo bien salir a tomar aire desde temprano. Me encontraba nervioso por tener a Melanie en casa. No era la primera vez que ella dormía acá, por supuesto, pero si era la primera vez en verla diferente.Una vez tomé una ducha y bajé la barba que hace meses no me quitaba, me vestí con normalidad y me puse a preparar el desayuno. Algunas veces Katie y Melanie lo preparaban, pero me sentía con ganas de hacerlo y pasar un poco más de tiempo con las dos… ¿Qué demonios estoy pensando? Anoche descansé muy bien, no tuve esa horrenda culpa en mis hombros. Elena quería verme feliz, que me diera una nueva oportunidad, ¿no? Que haga vida nueva sin ella, no quiere decir que est
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Molestia
A causa del nuevo proyecto de construcción, no tuve oportunidad de llamar a Melanie y quedar como habíamos planeado hace unos días atrás en mi auto. Me vi en la obligación de ir a Toronto a estar en la inauguración de la construcción del edificio de la Srta. Wilson. Han sido días muy caóticos y no me ha quedado tiempo ni de respirar, pues se empezó a trabajar una vez Gabriel dividió las labores de los trabajadores. Pero al asegurarme que la obra está marchando bien, decidí volver a la empresa. Además, Gabriel está al frente de la construcción y es él quien debe quedarse y no yo.Estaba por irme cuando la Srta. Wilson se cruzó en mi camino. La dichosa cena de celebración es hoy, y no es como que tenga muchas ganas de ir. Sobre todo porque mañana debo regresar muy temprano a Buffalo.—Estoy muy contenta de ver uno d
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Atracción
MELANIE Entre tanto buscar en mi ropa, el vestido que compré hace unos días para mí cumpleaños fue el que me llamó la atención y sin pensarlo dos veces me lo fui poniendo. Sé que solo vamos a hablar de lo que ha pasado y de lo correcto a hacer, pero mi mente no deja de irse por lados que no debería. Primero tenemos que tener las cuentas claras, ademas, no es como que tengamos algún tipo de relación o algo por el estilo. Tal vez es la mera atracción que sentimos el uno por el otro que, este lado más pervertido y desconocido, sale de mí con gran facilidad. Tomé las llaves de la casa y el casco de mi bicicleta y bajé las escaleras a toda velocidad. Le envié un mensaje muy temprano diciéndole la dirección a donde planeo
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