La mujer cierra los ojos y deja salir las lágrimas acumuladas, cortando la llamada para que su esposo no logre escuchar que tan mal se siente. Enzo la conoce demasiado para saber cuando es que ella no se siente bien. Ya de por si, la llamada ha sido extraña porque la mujer no suele ser demasiado sentimental, ni siquiera recuerda la última vez que le había dicho un te quiero, pero necesitaba sacarlo de su sistema por si no regresaba.El asunto era complicado, ella sentía demasiada culpa de por si, pero no podía decirle a donde se encontraba, había tenido que inventarle que se iría a ver a una amiga por el fin de semana y eso es lo que su esposo creía. Lo que estaba a punto de hacer era mucho más complicado que cualquier cosa que haya tenido pasar en su vida, pero sabía que era lo correcto.Desde el otro lado de la línea, Enzo se había quedado con el celular en el oído, incluso
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