Nervioso. Tal vez era la palabra adecuada para Dante. Todos que lo veían pensaban que estaba bien, normal, su alfa como siempre, serio, elegante, hermoso, inalcanzable, inmaculado, seguro de sí mismo, amable, justo, pero nadie se podía imaginar el caos que era su interior. La razón. Su boda sería mañana. Bajo la luna.No podía estar más feliz por ese hecho. A pesar de tener algunos problemas que resolver todo se estaba desenvolviendo con pasos positivos. Había logrado en los últimos días que Matías no se confiscara más en su cuarto y al menos los acompañara a la hora del almuerzo y de la cena sin querer levantarse lo antes posible, incluso aceptaba una caricia en la cabeza por parte de Lukyan de vez en cuando. Por su parte, las cosas con la cachorra no mejoraban ni empeoraban, estaba en un pare total. No daba el brazo a torcer. Se negaba a pedir perd&oac
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