Capitulo 34—No, yo no pienso nada. Solo que todo cansa y tiene un límite. Y ya mi límite por hoy a llegado a su final.—Ven, vayamos arriba.—No. Lo siento, hoy quiero estar sola.—¡Maldita seas, si creés que vas a salir de aquí!.—¡Maldita seas, tú, Will, si creés que me lo impedirás!.—No saldrás. —me grita.—Nunca pedí tu permiso para poder marcharme. —me agarra por los hombros con tanta fuerza que se me escapa un gemido. Lo miró súper cabreada—. Quítame tus manos de encima, me lastimas.Golpeó sus manos al quitarlas de los hombros.—No quiero que vuelvas a tocarme en tu puta vida, William Reyes. Tienes que saber cuándo darle espacio a una mujer... ¡A mí, al menos!. —le doy una mirada severa.—No digas eso, por favor. —su voz se rompe en un débil susurro. Sus ojos me traspasan el alma al verlos rojos y con lágrimas. Esto me estaba abriendo un enorme agujero en el pecho y el dolor era horrible, per
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