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73 chapters
POR KARINA.
Ana le dio a Karina la oportunidad de utilizar primero el sanitario por su estado, cuando Karina regresó a los lavamanos no estaba Ana, decidió que la esperaría fuera, así daba una vuelta a los niños a quienes Boris después que no los dejó ir, prácticamente los echó de la mesa para que fueran al salón de toboganes y personal  de animadores para niños, Karina caminaba distraída por el pasillo, imaginando las fotos que haría para la boda de Ana y Samuel, cuando al pasar por el servicio de caballeros Edgar la interceptó cubriendo su boca y hablando en su oreja con su voz horrible, a Karina le dieron náuseas, Edgar estaba pegajoso y olía a su fuerte colonia ligada a sudor rancio.—Te quedaras quietecita Karina y no gritaras o te dispararé.Leer más
EPÍLOGO.
Un año y siete meses después. Edgar había sido sentenciado a varios años de prisión, puesto que se le sumó la multa de 150 veces el valor de la unidad de medida del caballo, cantidad de dinero que no tenía cómo pagar por la muerte de Masi, ya que era un pura sangre y Manuel se encargó de hacerle pagar por ello, utilizando la experiencia médica del veterinario quien gustoso declaró en su contra. Tiempo después fue trasladado a una cárcel de salud mental, por su trastorno de personalidad, un día decía llamarse Karina adoptando la actitud que ella tenía hacia él, luego decía ser su padre y así sucesivamente, quedando totalmente fuera de sí. En cambio, Marck contaba los segundos para que la muerte lo liberara de esa vida tan deprimente que le ha tocado vivir, se quedó sin las funciones de su cuerpo inmóvil sobre una cama donde sus extremidades no respondían ante el mandato de su cereb
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EPILOGO REGALO.
Epílogo 2. 20 años más tarde.  Boris dormía profundamente y los rayos del sol se colaron por el ventanal de cristal, las cortinas estaban mal cerradas y arrugó el entrecejo a la vez que ponía una mano para cubrir sus ojos de la claridad y una sonrisa socarrona apareció en sus labios cuando vio a su amada esposa con los labios entreabiertos susurrando algo que no era entendible, pero que le pareció gracioso porque estaba hablando mientras dormía.  Con suma delicadeza le coloco un mechón ahora negro detrás de la oreja y aprecio lo hermosa que le sigue pareciendo su fotógrafa favorita; los años no han cambiado nada de ella, por el contrario, la hace ver perfecta la madurez y cada día más lo enamora, su carácter fuerte de mujer empoderada que no se deja por nadie, ni tan siqui
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