Siento que me asfixio, que el oxígeno cada vez más abandona mis pulmones. —Cálmate amor, respira profundo… Ya voy para allá… —Parece tan conmocionado como yo, solo que disimula para no preocuparme más. —¡Llamen a la policía! ¡Esa mujer fue hacia la derecha! —La maestra alarma a los presentes, quienes de inmediato comienzan a preguntar qué es lo que sucede. —Mi hija, por favor… Una mujer parecida a mí se la llevó. ¡Tienen que ayudarme! Es una niña de diez años… —Me tomo el rostro entre las manos, viendo cómo mi pequeña Jessie comienza a llorar asustada y busca a su hermana mayor con la mirada. Miro hacia todos lados y avanzo a pasos presurosos, buscando a Jessica, quien no está, no está… Dejo mi cuerpo caer al suelo, me agacho y escondo mi rostro entre mis brazos de n
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