ANELYS—Te amo, tienes que despertar.Escucho el suave susurro de una voz varonil, pero no puedo abrir los ojos, me siento demasiado cómoda donde estoy, quiero dejarme ir, estoy agotada, hastiada, dolida, solo quiero estar en paz, tranquila. Por ratos creo que despierto, luego me aseguro de estar en pesado sueño.—Despierta —insiste aquella voz—. No puedo vivir sin ti.Mi pecho colapsa con aquellas palabras, como si fueran importantes para mi, respiro hondo, mi mente hasta el momento es como una enorme hoja en blanco, quiero que así siga.—Anelys, te amo, tienes que volver conmigo.Esa voz… tenso el cuerpo, los recuerdos me avasallan, todo me golpea haciendo de mi vida una maldita película, y abro los ojos de golpe cuando todo toma forma, cuando mi mente me recuerda el acantilado, el miedo y…—Lenin —susurro
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