Una vez más estamos solos.Él y yo.Él y yo contra nosotros mismos.Me pregunto si esto algún día acabará.Este juego del gato y el ratón.Este juego de poder que tenemos y nos encanta aunque no lo digamos en voz alta. Este juego macabro en el que nos estamos destruyendo.Él está una vez más sentado en su silla. No ha dicho una palabra por unos 30 minutos, puede que más, la verdad no tengo la menor idea. Yo... yo ya no lloro. Solo lo miro a lo lejos sentada en el suelo, mis rodillas pegadas a mi pecho con mi cabeza acomodada sobre la puerta. Él prende un cigarrillo y fuma en silencio. ¿A caso no piensa decir nada?Si este silencio continúa me volveré loca.—¿Alguna vez me dijiste la verdad?Rompo el silencio. Con el primer pensamiento que pasó por mi cabeza, si lo sé. Debo haber sonado patética por preguntar eso a estas alturas. Para mi sorpresa no se burla de mi, pero tampoco responde. Sigue fumando como si nada. Trago en seco.— Recuerdo ese día en la cafetería.— Sonrío un poco m
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