117. Dolorosos Recuerdos
Por la madrugada. Alondra abrió sus aceitunados ojos de golpe, al escuchar el rechinido de la puerta, entre la oscuridad del lugar, no pudo distinguir de quien se trataba, sin embargo su corazón se agito, sintiéndolo retumbar con fuerza. —Alondrita. Aquellas palabras la hicieron estremecerse. De inmediato se enderezó recargando su dorso en la cabecera de la cama, giró buscando a Álvaro, pero no logró tocarlo, ya que las manos de Juanjo se posaron en el acto en su delicado cuello, haciendo presión. Alondra abrió los ojos de par en par al sentir que no podía respirar, intentó alejar sus manos, pero la presión que causaba en ella, lo impidió, entonces sus piernas comenzaron a moverse con desesperación. Una lágrima solitaria corrió sobre sobre su rostro. ** —Alondra, mi vida despierta por favor. —Álvaro agitó su cuerpo, al escucharla j
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