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Todos los capítulos de BABY: Capítulo 41 - Capítulo 50
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CAPÍTULO 41. Un solo minuto
Era una completa locura, y Connor ni siquiera era capaz de empezar a enumerar las razones por las que meterse en la casa de Alejandro y Malía Gaitán estaba mal; pero aunque su cerebro era perfectamente capaz de hacer la lista, Connor no era capaz de detenerse.Había algo en él, una última mariposa en su estómago que se negaba a morir, una esperanza que se negaba a aceptar todas y cada una de las coincidencias que unían a Virginia Vanderville con Malía Gaitán.Siempre había sido un abogado respetable, pero en aquellos últimos meses de convivir con un periodista investigativo, Jackson se había ocupado de enseñarle algunos trucos nada respetables.Connor se echó abajo en su asiento mientras vigilaba la casa de los Gaitán, los había seguido desde el museo y ahora solo tenía que esperar a que se fueran a la exposición. Entonces tendría
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CAPITULO 42. Un sonido en medio de la noche
Dio dos pasos atrás, aturdido. El dolor físico era nada, absolutamente nada comparado con el dolor emocional en el que Connor Sheffield se había estado ahogando en el último año.—¿Te volviste loco? ¡Soy una mujer casada! —exclamó Malía furiosa.Connor la miró a través de aquella muralla cristalina que eran sus lágrimas y se tambaleó un poco, intentando alcanzar una pared para no caerse.—Lo siento… lo… lo siento, no sé qué… ¡Oh Dios, qué estaba pensando…!Malía lo vio inclinarse hacia adelante, sosteniéndose el pecho como si no pudiera respirar, y maldijo por lo bajo antes de empujar hacia él la pequeña banqueta del tocador y obligarlo a sentarse.--Oye… de verdad, ¿qué te pasa? ¿Necesitas un médico o algo? ¿Quieres qu
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CAPÍTULO 43. Un infierno personalizado
El mundo se había tornado oscuro de repente, como si no pudiera ver, escuchar o sentir nada más que no fuera el llanto de aquel bebé. Connor ni siquiera vio a dónde se dirigía, los pasillos que recorría o las puertas que atravesaba, solo sabía que detrás de la última que empujó estaba… él.El cuarto era de un color azul muy pálido, con nubecitas blancas pintadas en las paredes. Era pequeño, acogedor y cálido, y en medio había una cuna de madera en la que se veía un bebé de pocos meses dando suaves pataditas al aire.Las manos de Malía, que habían estado batallando hasta ese momento por retenerlo, lo soltaron de repente. La mujer pasó a su lado, porque ya no había nada que hacer; y se acercó a la cuna, levantando en brazos al bebé.Quizás a Connor le había llegado a lo más hond
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CAPÍTULO 44. Una oferta excelente.
Nadie tenía que decirle que estaba haciendo lo correcto, Connor lo sabía. De pie en la sala de abordaje del aeropuerto de Bilbao, esperando el vuelo 4582 de American Airline hacia Los ángeles, Connor sabía que hacía lo correcto marchándose. Por más que le doliera, Malía no era su mujer, y Sam no era su hijo. Ellos solo eran el espejismo con que su cerebro se deleitaba torturándolo. Miró con impaciencia su reloj, faltaban solo quince minutos para que comenzaran a abordar. Y entonces todo habría terminado. En medio día estaría de regreso en Los Ángeles, y trataría de olvidarse de Malía, del bebé, y de aquel breve instante en que había creído que la vida podía ser buena de nuevo. Escuchó la primera llamada a abordar justo en el momento en que su celular comenzó a sonar. Connor vio el nombre de Jackson brillando en la pantalla y se apresuró a responderle. —¿Jackson? Todo bien —preguntó preocupado. —No, no muy bien, volvieron a atacar a Michael —re
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CAPÍTULO 45. Una mala decisión
Malía se quedó estática mirando al hombre que tenía en frente, vestido de traje y completamente seguro de sí mismo. Lo miró a los ojos, y después a aquella mano fuerte que extendía en su dirección… ¡y luego se descolgó el bolso que llevaba y le pegó con él!—¿Se volvió loco? ¿¡Qué demonios está haciendo aquí!? —exclamó sorprendida.Connor no pudo evitar sonreír mientras la veía tener un berrinche muy impropio de la dama que era.—Esta es mi oficina. Voy a estar aquí por algún tiempo pero necesito ayuda —dijo dándole la vuelta al escritorio.—Señor Sheffield… pensé que había quedado claro que yo no soy…—No eres Baby. Lo sé —suspiró él empujando hacia ella una de las si
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CAPÍTULO 46. Un día terrible
Connor miró alrededor, al pequeño y acogedor departamento que había rentado hacía dos días. Jamás había estado en un lugar tan chico, ni siquiera cuando era estudiante. Se sentía algo así como una casa de muñecas, en especial para un hombre de su tamaño, pero sin dudas era ideal para pasar desapercibido.Tenía un espacio abierto donde se dividían una sala, la cocinita, el comedor y algo que se parecía a un área de descanso con una terraza. Solo había dos habitaciones, Connor usaba una para dormir, y en la otra había puesto un escritorio con todo el trabajo que se llevaba a casa, había instalado una caja fuerte en uno de los closets y lo más importante lo guardaba ahí.La oficina la usaría solo para hablar con gente relacionada al caso, y para ponérselo difícil al que llegara, la había saturado de documen
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CAPÍTULO 47. Una canción de Kansas
Malía abrazó a Sam y se tranquilizó cuando lo sintió calmarse un poco.—¿Por qué no le damos un baño tibio? —le sugirió Connor—. Eso seguro hará que se sienta mejor.La muchacha asintió.—Sí, lo sé… me cansé de leer libros de bebés durante mi embarazo es solo que… —Puso los ojos en blanco.—¿Cuando el bebé realmente llora, te olvidas de todo lo que aprendiste? —sonrió Connor.—Sí, más o menos así —admitió ella—. Vamos a bañarlo entonces.Connor la siguió escaleras arriba, hasta la habitación de Sam, mientras una sensación extraña recorría su cuerpo.—¿Puedes sostenerlo por un momento? En lo que le preparo el baño —le preguntó Malía y Con
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CAPÍTULO 48. Un beso... y otro más.
Decir que Connor no había descansado aquel día era poco. Salió de aquella casa con una mala sensación hormigueándole en las puntas de los dedos, y pasó el resto del día preocupado. Ni siquiera la noche de insomnio lograron hacerlo dormir.No sabía absolutamente nada de Alejandro Gaitán, pero sí sabía que el hombre lo conocía, y que quería a su mujer lo más lejos posible de él. Connor intentó ponerse en sus zapatos, después de todo si un hombre extraño hubiera estado rondando a su mujer y a su hijo, a él tampoco le hubiera gustado para nada.Pero por desgracia entenderlo era una cosa y remediarlo era otra muy diferente. No podía simplemente alejarse de Malía, era algo con lo que batallaba diariamente. Sabía que lo más sensato era alejarse de ella, pero parecía que en lugar de obedecer a su instinto, sus p
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CAPÍTULO 49. Una despedida y un desafío
—¡Maldición! —Connor solo gruñó con frustración, pero hubiera podido gritarlo y aún así nadie lo hubiera escuchado por el ruido tan fuerte que había en aquel antro.El abogado quería creer que solo era un espejismo, que el hombre que estaba allí, besándose con una pelirroja como si el mundo estuviera a punto de acabarse, no era Alejandro Gaitán. Pero por desgracia su vista era perfecta y era precisamente Alejandro Gaitán quien estaba sentado en aquel reservado con una chica que definitivamente no era su esposa.A Connor le hirvió la sangre en las venas. Estaba lejos de ser un moralista, pero ¡diablos!, su esposa estaba en casa, su hijo había pasado enfermo toda la noche anterior. ¿Cómo podía haberlos dejado solos? ¿Y si Sam se enfermaba de nuevo? ¿Y si Malía necesitaba llevarlo al hospital.No pudo ev
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CAPÍTULO 50. Una primera pelea
Connor retrocedió, alegrándose en el fondo de tener a Sam en los brazos, porque así al menos no podía darse el lujo de desmayarse.La expresión de Malía estaba llena de una certeza mezclada con decepción que le atenazó el alma en un segundo, como si ella estuviera segura de que tarde o temprano él iba a decirle aquello.—Dilo —insistió Malía—. Di que te vas, que dejas toda la investigación tirada y que te largas.—¡No voy a dejarla tirada! Jackson puede venir y…—Claro, deja que otro arregle tus problemas, ¡siempre es más fácil! —siseó Malía.—Oye, créeme que no estoy feliz por irme, pero tu hermana tiene razón. ¡Puedo ponerte en peligro por esto! —replicó Connor.—¿Y tú me has escuchado quejarme? —bufó Mal
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