Soy un masoquista, hoy lo descubrí. No aguanté, tenía que verla… sabía que me dolería, pero jamás pensé que tanto… parecía un ángel en ese hermoso vestido blanco que se pegaba a las curvas de su cuerpo, sencillo y exquisito, al igual que ella, mi Becks… mi Becca que hoy dejaba de ser mía oficialmente para convertirse en la esposa del maldito Zack Russel.En este tiempo, en el que forzosamente tuve que compartir algunos momentos con él, pude ver que las quería, pero aun así no lo soportaba, incluso sabiendo que era un buen hombre para mis chicas. Porque no importaba que no estuvieran conmigo, ambas eran mías, siempre lo serían, ningún maldito podría quitarme eso jamás.—Sí acepto —dijo ella con su hermosa y dulce voz que me derritió el corazón, un enorme hoyo negro se plantó en mi pecho
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