Al verlo, no se equivocó en lo que pensó un segundo antes de entrar, su habitación era igual de sobria y seria que Úrsula, había un armario empotrado en la pared, una cajonera que servía a la vez de tocador, ya que contenia algunas cosas sobre ella, pero no había un espejo, también había un buró que estaba junto a su enorme cama y sin dudar Rebeca se tiró en ella, por alguna razón se le antojo apetecible y que seguramente ese era el lugar que más estaba impregnado de Úrsula, de su cuerpo y de su inigualable olor, para beneplácito de Rebeca la cama resultó ser en verdad muy cómoda y no hizo el intento de levantarse, porque sabía que Úrsula la seguiría, siempre era así, dónde Rebeca iba, Úrsula la seguía y que mejor manera de tratar de seducirla que de esa manera. Y su estrategia funcionó, Úrsula no tardó en trepar a la cama junto a ella, mirándola a los ojos mientras le acariciaba la mejilla, Rebeca sin tardar un segundo más busco sus labios, la comenzó a besar despacio y Úrsula no p
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