Dicho esto, colgó su móvil y lo volvió a guardar en su bolsillo. Tanying no imaginaba que hoy regresaría a la Universidad, pero como Maximiliano no se opuso ella lo di por hecho. Simplemente, pensó que como estaba con el amor de su vida iba a dejar de meter sus narices donde no lo llamaban por lo que eso la tenía mucho más feliz. — ¡Tú!, no pienses que renunciaré a Maximiliano Escúchame bien pelearé por él así tenga que pasar por ti— hablo una voz detrás de Tanying, evidentemente la chica no le fue necesario girarse para saber quién era. “¿Por qué diablos sigue aquí? No se había ido con ese idiota y a qué demonios se refiere que va a pelear ¿Qué tengo que ver yo si pelea o no?”, se preguntó Tanying en esos momentos el rostro de Tanying era un poema ni siquiera sabían cómo sentirse al respecto. Ignorando su confusión se volteó a mirar a la mujer con una sonrisa en sus labios, pero cuando vio el rostro de esta tan miserable la confusión en su rostro se hizo más que evidente, miró a
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