El frío me invadía hasta los huesos, entrando como cuchillos en mi piel, todo estaba oscuro, la espera se había hecho enorme, mi madre se había encargado de que me encerraran en una de las mejores cárceles del pueblo, para pura gente de abolengo, mi abogado me dijo que haría de todo por sacarme pero que tendría que soportar ciertas cosas.Yo estaba de acuerdo, más que un castigo, para mí era como estar en algún centro alejada de todos, había matado por accidente a Annethe, y maté con toda la intención a Hugo, él no suplicó, solo lo pidió a gritos, y yo lo hice, tuve que inventar algunas mentiras para que nadie supiera su verdad, ni mi verdad.Y ahora estaba ahí, esperando sentada en una celda oscura y fría, aunqu
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