Hana llego con sus captores finalmente a una mansión en pleno centro de Estambul era hermosa de dos pisos, y con la estructura clásica de su país Turquía, con grandes jardines, así que no pudo evitar sentir emoción, al respirar de nuevo el aire en su amado y añorado país. Camino delante con la frente erguida, porque Ashraf no la vería humillarse o suplicar, esa era una satisfacción que jamás le daría. Entraron en la sala y fueron recibidos por la ama de llaves, una señora como de 60 años, con un rostro muy amigable, que enseguida le sonrió al verla. —Eres muy hermosa niña, ahora entiendo porque mi Ashraf se volvió loco por ti. Por como se expresaba con tanto cariño de Ashraf le sugería que era alguien con el que había convivido por mucho tiempo, incluso podría tratarse de su nana. —¿Donde esta?- pregunto secamente —Esta esperándola en la biblioteca- informo la mujer sin dejar de brindarle una cálida sonrisa. Los hombres de Ashraf iban a acompañarla pero ella lo detuvo diciéndole
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