Ashraf despertó y vio a la mujer a su lado y recordó que la noche anterior en el bar había tomado más de la cuenta y esta mujer le monto conversación. Estaba tan dolido por el rechazo de Hana que no le pareció mala idea subir con aquella mujer a su habitación y desquitarse con una buena noche de sexo todo el dolor y frustración que sentía.

Era despecho, era rabia, era impotencia. Todo menos pasión, la pasión y el amor que solo Hana despertaba en ella.

Así que después de algunos besos furtivos aparto a aquella mujer y no consumo el acto.

Pero ya los tragos habían tenido un efecto de somnífero y cayó en un letargo y suponía que ella frustrada y borracha también se había quedado igual dormida.

Ashraf se levantó y vistió y esta mujer seguía profundamente dormida.

Salió al lobby del hotel, maleta en mano, y Assam su chofer de inmediato fue hasta el para llevarlo al aeropuerto pero él le giro otras órdenes.

—Hazte cargo de la mujer que