SECUESTRADAHana despertó poco a poco de su aturdimiento y su visión borrosa distinguió la silueta de un hombre delante de ella, y una sonrisa cínica fue lo que detallo.Quiso ponerse de pie pero no pudo, y espero unos segundos cuando su vista poco a poco fue mejorando y pudo distinguir quien era el hombre delante de ellaEra Alexandre, su jefe, y su mirada cargada de lascivia la recorrió.Hana miro con angustia la puerta y vio que esta estaba cerrada, seguramente el le había pasado seguro, ahora si el temor la invadió, al pensar las oscuras intenciones que el tenia para ella.El se acerco y ella retrocedió y eso solo hizo que el sonriera con burla—No te niegues a lo que es inevitable, hoy mi dulce Hana vas a ser mía, quieras o no.Deseo tanto que fuera una pesadilla
Hana llego con sus captores finalmente a una mansión en pleno centro de Estambul era hermosa de dos pisos, y con la estructura clásica de su país Turquía, con grandes jardines, así que no pudo evitar sentir emoción, al respirar de nuevo el aire en su amado y añorado país. Camino delante con la frente erguida, porque Ashraf no la vería humillarse o suplicar, esa era una satisfacción que jamás le daría. Entraron en la sala y fueron recibidos por la ama de llaves, una señora como de 60 años, con un rostro muy amigable, que enseguida le sonrió al verla. —Eres muy hermosa niña, ahora entiendo porque mi Ashraf se volvió loco por ti. Por como se expresaba con tanto cariño de Ashraf le sugería que era alguien con el que había convivido por mucho tiempo, incluso podría tratarse de su nana. —¿Donde esta?- pregunto secamente —Esta esperándola en la biblioteca- informo la mujer sin dejar de brindarle una cálida sonrisa. Los hombres de Ashraf iban a acompañarla pero ella lo detuvo diciéndole
Hana cayo en un sueño profundo apenas se cambio y su cabeza toco la almohada, quizás producto del cansancio del viaje, las diversas emociones experimentadas, y la falta de alimento la hicieron sentir muy débil y exhausta.Cuando abrió los ojos ya había oscurecido y se obligo a salir de su letargo, miro a su alrededor esperando que su vista se adaptara a la oscuridad. En el fondo había una lámpara encendida.Se removió y prendió ahora la lámpara que estaba en su mesita de noche y hubo mayor luz.Ahora detallo el cuarto era muy espacioso, decorado en tonos neutros, las cortinas en un marrón claro y la cenalefas un marrón mas oscuro, en la mesa de noche, había también una peinadora con un gran espejo.Había una puerta a un lado que se imagino era el baño y se dirigió a el.Se le
Minutos después Ashraf entro en la habitación donde estaba Hana y experimento un dolor fuerte al verla en ese estado de inconsciencia, de fragilidad.Su mujer no era así, ella era una mujer fuerte y decidida. Lo que le hizo cuestionar una vez mas su decisión de traerla de vuelta,¿Debería poder dejarla ir y que fuera feliz al lado de Vincent?, pero no podía, la amaba demasiado para dejarla ir.A las tres de la tarde del día siguiente Hana fue dada de alta y Ashraf fue por ella.Ambos tomaron el asiento de atrás pues Assam conducía ese día.Ella seguía con esa expresión pérdida que lo atormentaba pero decidió darle su espacio y el camino lo hicieron en silencio.Al llegar a casa Hana fue directo a su habitación y dejo que el sueño fuera de nue
Mas tarde después de cepillar su cabello y Ashraf se ha ido a su habitación Hana se prepara para dormir y entra en la cómoda cama cuando Ashraf ha entrado en al habitación con una bandeja que deposita en al mesita de noche sirviendo una taza del humeante liquido.— Te hice te para que tengas un sueño tranquiloHasta cuando se desvivirá en atenciones.Este hombre cuando se lo propone es todo un amor.Hana recibe la taza con el te y le da un sorbo y cuando cree que Ashraf cumplido su propósito se ira sucede todo lo contrario.Con asombro ve a Ashraf que empieza a despojarse de su suéter sacándolo por su cabeza dejando así su torso desnudo y esa musculatura que la deja en shock y lo deja a un borde de la cama y ahora procede a desabotonarse el pantalón. Allí Hana a punto de un colapso lo ataja gritándole—¡Que c
Una semana después Hana fue a su consulta donde le quitaron el vendaje y fue oficialmente dada de alta y recuperada, los moretones en su cara también habían desaparecido para alegría de ella pues su madre y hermana no sabrían lo que le paso.Regreso a casa con Ashraf manejando y le pidió.—Podemos detenernos en el supermercado quiero comprar algunos insumos para prepararles la comida a mi madre y hermana.—Esta bien-acepto de buena gana, le encantaba ver tan feliz a Hana.Ashraf estaciono en un supermercado de paso y por supuesto no iba a dejarla sola hacer sus compras, el tomo el carrito y juntos fueron por los pasillos como cualquier pareja de esposos normales haciendo sus compras.Al llegar a caja se dio cuenta que no tenia con que pagar pues todos sus documentos quedaron en Paris, pero Ashraf saco su tarjeta y cancelo todo.Ese asunto se volvió un tema de discusi&
En el aeropuerto cada minuto que pasaba crecía la emoción en Hana y cuando finalmente las vio asomarse por la salida de abordaje sus ojos se llenaron de lágrimasSu madre estaba más hermosa que nunca, siempre elegante y llevaba con orgullo un abaya color azul marino porque ella había asumido esa cultura como suya.Zahida estaba igual de hermosa con un abaya rosa y su hiyad, ella de las cuatro hermanas era la más apegada a sus tradiciones y su cultura, siendo su mayor ilusión casarse y ser madre.A su lado un hombre alto moreno, delgado pero con músculos, dueño de unos ojos negros preciosoS, era Mesut el prometido de su Zahida y hermano de AshrafEllos eran hijos del mismo padre pero de madres diferentes y según sus cálculos se llevaban 5 años de diferencia.El encuentro entre su madre y hermana estuvo marcado por llanto, alegría desbordante, bes
Al día siguiente despertó muy temprano y salto de la cama para darse una ducha y vestirse rápido, pues en un rato iría con Asamm a buscar a su mama y hermana para ir al Centro Comercial.Cuando bajo se encontró con Ashraf que leía el periódico en la sala.—No tienes que ir a trabajar- le pregunto extrañada de verlo allí, tan relajado, con ropa deportiva, incluso llevaba gomas. Era tan extraño verlo tan informal sin sus corbatas, trajes o camisas aunque claro también de vez en cuanto usaba suéter o jean pero no era lo común pero se veía como siempre guapísimo.—Hoy es sábado- apunto el—Ah si, perdí la noción del tiempo- realmente aun seguía un poco desorientada- y piensas quedarte aquí todo el día—Tal vez salga