Había poca gente en la calle para ser un viernes. Terminada la temporada de invierno, la ciudad volvía a quedar sólo para nosotros por un par de meses. Algunos grupos de estudiantes, jubilados, nada notorio. Majo me esperaba en El Dutch como prometiera, y para sorpresa de Gabriel, me fui con ella a una mesa abajo en vez de quedarme en la barra como solía.Aunque todavía no había llegado el fam tour, Tango ya nos estaba mandando cuatro o cinco reservas por semana para el verano, y nos habían dicho que esperaban triplicar ese promedio en los próximos dos meses. Sumado a las cuentas que ya teníamos, era obvio que Mauro y yo no íbamos a poder solos con todo, y se me había ocurrido que a la hora de contratar a alguien para que nos diera una mano, Majo era una excelente opción. Estaba a mitad de su carrera de Administración de Empresas, era responsable, de trato agradable. Íbamos a nec
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