—Eres terco como una mula —gruño Gabriela—. Tienes que hablar con mi tía Catrina, mi mamá me dijo que aún sigue echa un mar de lágrimas desde que le contaron que te enteraste de todo.Estefan gruño en respuesta.—Déjalo Gaby —Joon se metió un poco de nueces a la boca—. Es como hablar con una pared, este tarado no entiende.Jose intentó hablar, pero Gabriela le metió una cuchara de sopa en la boca impidiéndoselo.Habían pasado ya varios días desde que Alan se había ido y de que destituyeran a Jaime. Aunque Jose ya se encontraba muy bien, Gabriela no le había permitido levantarse de la cama.En principio le había gustado recibir todos las atenciones de su mate, pero ya empezaba a cansarse de no poder hacer algo solo como comer. Miró a su alrededor, todos los mocosos habían veni
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