—¿Por qué tengo que hacer esto? —gruñó Liam, algo insólito ya que solía estar sonriendo la mayoría del tiempo—. ¿Por qué yo siendo el príncipe heredero tengo que organizar los estúpidos bailes?
—Para que estés diciendo tu puesto es que la cosa está fea —hablo Gabriela ingresando, sacándose los grandes lentes de sol y levantando la mirada.
Liam miró a su prima y detuvo su impulso de gritarle.
—Es casi mediodía y tú debías estar aquí desde las ocho de la mañana para ayudarme.
—A las ocho me levanto y me toma un buen rato desayunar, elegir qué hermosa ropa ponerme, con qué accesorios combinarlo, qué zapatos me sacara mejor figura y que tipo de maquillaje colocarme —Gabriela lo miró como si estuviera loco—. ¿Sabes lo dif
—Los odio —Gabriela bufo mientras caminaba hacia sus primos—. Los estadounidenses son unos imbéciles.—¿Qué dijeron ahora? —preguntó Liam.—Me preguntaron si me alimento de niños —espeto Gabriela.—¿Enserio? —Liam intentó no reírse.—No hay manera de que sea alfa de esos territorios —Estefan negó con la cabeza—. Los mataría después de algunas semanas.—Menos mal no sabes coreano —dijo Joon tomando un poco de ponche.Bael llegó a ellos con su gesto común de aburrimiento.—Hay algunos chicos que están preguntando si van a servir carne de cebra en el festín —dijo curioso y miró a Liam—. ¿Pediste alguna carne rara?—Deberías decirles que se las serviremos y se las meteremos por el…
Estefan miró indignado como Bael corría dejándolo con el bulto de su gemela.—Sácame de aquí por favor —susurro Gabriela.*Ella está cerca* dijo Abaddon en su interior con alegría *Al fin estará aquí*Estefan miró a Joon, un olor espectacular salía de él.—Nos vemos donde siempre nos encontramos ¿sí? —dijo Estefan mirándolo suplicante.—Llévatela ya —dijo Joon alterado.Estefan desplegó las alas y voló con rapidez al área del bosque donde solían pasar tiempo Joon y él, donde había un pequeño lago.Gabriela se retorcía en sus brazos.Antes de aterrizar sintió una sacudida dentro de él. La luna ya había salido y él aterrizó con prontitud de manera violenta. Soltó a Gabriela y empezó a gritar cuando todos los huesos de su cuerpo empezaron a romperse.Ya era un lobo transformado cuando se dio cuenta de que alrededor de ellos había un fuego negro y corrosivo. Un fuego que salía de la misma Gabriela.Noto que a Gabriela le había aparecido una especie de chispa en la frente de la cual empeza
—¡Hace un buen tiempo que no venía a París! —dijo Concetta admirando el lugar—. ¿No crees que es hermosa esta ciudad Alan?Alan miraba como por el césped corría algunas ratas cerca de donde ellos estaban sentados.—Este maldito lugar está infestado de ratas, estafadores y humanos estúpidos —gruño Alan con su habitual buen humor—. Es una porquería.Concetta lo miró escandalizada.—¿Cómo puedes ver solo lo malo de todo? —Concetta señaló todo el lugar alrededor de ellos—. ¡Estamos en el mismísimo campo de marte y estamos viendo la hermosa torre Eiffel!Alan vio como una rata se acercaba y estaba muy cerca de un grupo de niños que jugaban en el césped algo alejados de donde ellos estaban sentados.La rata salió volando.Una señora que había estado mirando aquella rata soltó un grito de espanto.—Detesto todo esto —Alan miró a todos lados con repugnancia—. Vámonos.—¿Entonces ya captaste la fuente de energía demoníaca? —preguntó Concetta esperanzada.—Creo que sí.Los dos se levantaron, sa
Oliver caminaba de un lado a otro intentando concentrarse lo más que podía.—¿Quieres hacerle un hoyo al suelo Oliver? —dijo Dylan a punto de perder la paciencia.—Dylan —dijo Matt en un tono reprochador.—Disculpa si te molesto Dylan, pero necesito pensar antes de hablar —dijo Oliver con un tono muy irónico—. Es algo que la diosa luna sabe que tú deberías practicar más seguido.—Debemos actuar rápido Oliver —Jaime miró a Oliver—. Con lo poco de…Pero Alex interrumpió a Jaime.—¿Debemos? —Alex alzó una ceja—. Yo que sepa tu no deberías estar aquí.—Cállense todos por alguna vez en su vida —Oliver se sentó en su escritorio y los miro enojado—. No es el momento para que vengan con sus dramas.Todos guardaron silencio.—Recapitulemos todo —empezó a hablar de nuevo Oliver—. Primero secuestran a Odette sin que nos diéramos cuenta, Liam se transformó un año antes en un lobo dorado que tiene una voz de mando muy superior a la mía y parece ser más poderoso de lo poco que hemos visto y para re
—¡Suéltenme!—¿Acaso tienes miedo? —siguió empujándola—. Tu padre es un retrasado por tu culpa, ¿Y de que sirvió?, yo estoy aquí y puedo hacer lo que quiera contigo.Ella lloraba mientras él la sujetaba de su rostro de manera violenta.—Tu maldito padre mató a mi mejor amigo —la estampo contra la pared—. Solo porque se divirtió con una zorra como tú.—Por… por favor —intento rogarle para que no le hiciera daño—. Nos…nos van a escuchar…—¿Y eso que? —la soltó para golpearla tan fuerte en el rostro que la lanzó al suelo—. A tu madre no le interesa que yo haga lo que quiera contigo, solo le importa lo que mi manada le puede dar, ¡Hasta tu madre sabe que no vales nada!Ella se arrastró en el piso intentando escapar, pero él se río con crueldad. Se posicionó encima de ella y empezó a arrancarle el vestido mientras ella intentaba defenderse.—Acabo de encontrar a mi mate, pero ella no es ni un poco tan bonita como tú —dijo acariciando su pecho—. Estoy pensando decirle a mi padre que te pida
Sintió que alguien tomaba sus manos con cuidado, pero de igual manera no pudo evitar provocarle dolor.Jessy abrió los ojos con expresión de dolor en el rostro.—¿Qué haces? —dijo apartando sus manos del toque de Bael.Este le miraba desolado.—Tomate esta pócima —este le acercó una pócima a sus labios—. Regenerara tus manos rápido, están demasiadas lastimadas.—Yo puedo…Jessy intentó tomar la pócima con sus manos, pero Bael se lo impidió. Tomó el rostro de Jessy y le hizo tomar la pócima a la fuerza. Jessy trago y después empezó a toser, pero la pócima fue más rápida de lo que pensó, al minuto ya empezaba a sentir el hormigueo en sus manos que le indicaban que ya estaban sanando.Bael se sentó enfrente de ella. Jessy quería tomarse el rostro por donde la manos de él se habían posado, sentía que ardía de una forma reconfortante.¿Qué estaba pasando?, pensó cerrando los ojos un instante, ¿Que hace Bael aquí y porque me siento así en su presencia?Intento recordar todo. Se suponía que
Bael gruño amargado mirando toda la ciudad.¿Por qué tenía que ser todo tan complicado?Ella se había ido y él no pudo detenerla.Jessy no lo veía con los mismos ojos que Bael la veía. Ella solo veía al idiota que la había humillado incontable veces.Bael prendió un cigarro y gruñó. Habría podido detenerla, una sola llamada y habría hecho que todos los aviones regresaran o se detuvieran, pero necesitaba tiempo para pensar. Pensar que haría con ella, no sabía nada y estaba demasiado confundido.Aunque había algo que le molestaba demasiado.¿Qué le había hecho el imbécil de James y como Jessy había conocido a ese malnacido?El mundo era muy pequeño. Ese bastardo fue el causante de la muerte de Bonnie y también le había hecho algo a Jessy. Algo tan grave que su sola mención la hacía temblar de terror.Buscaría la conexión.¿La rechazaba o no?El a esas alturas sabía que dependía totalmente de ella. Ella lo tenía a sus pies. Había descubierto por sí mismo el poder que tiene un mate con ot
No era un secreto que a Alan le gustaban los niños, especialmente cuando eran unos hermosos bebes indefensos que le activaban todos sus sentidos protectores.Pero Alan miraba al bebe que cargaba Concetta y tenía ganas de lanzarlo por la ventana.—Está creciendo muy rápido —Concetta lo balanceaba de un lado a otro mientras este reía—. Tiene una semana y ya parece de varios meses de nacido.—Mi demonio me dijo que crecerá más rápido que un humano —dijo Alan amargado y cruzado de brazos—. Aun sigo pensando de que debimos aplastarlo cuando pudimos.—¿No dijo tu demonio que es su amigo?—Si, pero que sea su amigo no lo pone de nuestro lado —Alan miró hacia la ventana—. Hace un frio de mierda.—Yo creo que está bien. Alemania me gusta —dijo Concetta poniendo al bebe en su cuna—. Espera que lleguemos a Rusia, hasta los huevos se te van a congelar.—Debimos ir primero a Egipto.—Alemania nos quedaba más cerca —Concetta negó con su cabeza—. ¿Por qué estás más hosco de lo normal?—Yo estoy igua