Pero Alexandra no les prestaba atención, solo observaba como Nathe se despedía y salía del escenario. ¿Qué pasaba aquí? Era como si alguien hubiera robado al Nathe verdadero, su Nathe. Porque el chico del que se había enamorado nunca le hubiera hecho algo como eso ni en mil años, ella era su única chica, y ahora estaba ese desconocido mandándole besos a una escuálida modelo famosa, y coqueteando con ella frente a sus narices. Cierra los ojos y se repite que son imaginaciones suyas a pesar de un dolor en el pecho que siente, ¿su corazón estaba roto? ¡No, imposible!Alex tuvo que soportar cuatro horas más mientras veía pasar, cantar, hablar y reír a un montón de artistas que no le interesaban, y sin quitarle la mirada a un Nathe que no dejaba de abrazar a la rubia. C
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