CAPÍTULO 36. SE TE CAE LA MÁSCARA CRISTINA
Habían pasado cuatro días desde la partida de Marcia, no hubo un solo rincón del pueblo y de poblaciones vecinas, la cual no hubiese sido recorrida por José Luis, buscándola sin cesar, estaba decidido a dejar su vida en ello si era preciso, con tal de hallarla. No había dormido, ni comido, mucho menos trabajado, durante todos esos días, pues todas sus energías las había dispuesto para ella.Dos grandes sombras resaltaban debajo de sus ojos, su mirada triste y el rostro demacrado, daba la impresión de haberle caído todo el peso de los años. Andrés se convirtió de repente en su soporte, pero con él también estaba Marcela, cuya presencia no le era agradable, porque aunque sabía que su propio comportamiento fue la de un energúmeno, provocando una catástrofe; ella fue la principal precursora, aún le irritaba su excusa de haber pensado que Andrés era él, porque si eso hubiese sido así, ¿Acaso se habría acostado con el marido de su hermana?, movió su cabeza en forma negativa, pues e
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