CAPÍTULO XLIV. UN AVANCE LENTO.
El frío de la madrugada penetra a través de mi chaqueta y bajo el pequeño short deportivo que escogí equivocadamente para empezar a trotar. La brisa sopla tranquilamente sin dejar de lado su frialdad típica por la ausencia del sol a esta hora y me abrazo a mí misma al salir a la calle mientras veo a Chamuel con su teléfono en la mano alumbrando. Lleva puesto un pantalón deportivo gris, calzado deportivo blanco y una camiseta negra que le marca todos los músculos. En este momento reflexiono que no lo había visto antes vestido de manera tan informal, siempre lo veía usando trajes, sobre los cuales aún podía adivinarse que poseía un físico magnífico, pero ahora verlo con esta ropa me hace casi babear. Me mira de arriba abajo como evaluando mi elección de ropa y luego de una pequeña sonrisa que no
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