Cuando se despertó, viéndose a sí misma en un hospital y entendiendo lo que había sucedido, Bia lloró decepcionada. No podía creer que estuviera viva, quetodavíaestuviera viva después de todo este esfuerzo por suicidarse. ¡Días sin comer, sin levantarse de ese sofá, por nada! ¡Todo en vano! __Nem probar cualquier otra cosa, ¡mujer despeina! Abrió los ojos ante esa voz imperiosa y enojada. Recordé esa cara. Ese tipo calvo por elección. El look verde. __No soy un ángel. ¡Soy el diablo mismo enojado contigo! Confundida, y tratando de ordenar los pensamientos, preguntó: __Quem lo llamó... ¿Raúl? En este punto, Lana entró en la habitación.__Eu, perra egoísta! - ella
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