El beso resulta urgente, abre mis piernas y se coloca encima de mi, yo cedo ante su silenciosa y demándate petición, porque en todo este tiempo pensé en él, porque llevo enamorada cuatro años del hombre que es un asesino y folla a toda la que quiera, sí, y por eso mismo debía mantenerme alejada, porque no me puede conservar y yo no le pertenezco a nadie, siempre seré la chica rota, la pieza perdida que a nadie le hace falta, lo que Preppy siente por mi, es puro deseo sexual, no me ama, no me quiere, no siente nada por mi, y aunque duela una m****a, lo acepto, porque él es el único que me entiende sin muchas palabras. Y porque en el fondo, él está igual de roto que yo. —Somos todo y nada —baja su mano hasta mi sexo y desliza dos dedos por toda la línea—. Solo yo puedo poseer esto. Quiero que lo haga, quiero que me parta en dos, porque
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